La responsable del agradable olor a tierra mojada que solemos percibir tras la lluvia es una bacteria inofensiva llamada Streptomyces coelicolor. Este microbio, productor de esporas, se encuentra en la mayoría de los suelos y produce una sustancia llamada geosmina, palabra de origen griego que significa “aroma de la tierra”.
Aunque quizás este olor no sea más que anecdótico y evocador para los seres humanos, para los camellos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Y es que los científicos sospechan que esta molécula es detectada por sus receptores olfativos cuando estos animales viajan por el desierto, indicándoles que hay agua cerca, informa kuriosidades.com.ar en su portal.
De confirmarse, explicaría por qué los camellos del desierto del Gobi son capaces de encontrar agua a más de 80 kilómetros de distancia. El genoma de Streptomyces coelicolor fue secuenciado en 2001 y sus casi 8.000 genes fueron publicados en la revista Nature.