Pakistán – Una bomba estalló el sábado en un atiborrado mercado de verduras en un sector predominantemente chií de una ciudad en el sur de Pakistán, donde causó al menos 63 muertos y 180 heridos en un atentado atroz contra esa secta musulmana minoritaria en el país.
La policía elevó en diversas ocasiones la cifra de víctimas fatales y dijo que muchos de los heridos por la explosión continúan en condición crítica en Quetta. Tras el estallido, muchas personas quedaron sepultadas bajo escombros, aunque la policía dijo que desconocía la cifra exacta.
Este atentado fue el más sangriento desde las explosiones en la misma ciudad que causaron 86 muertos a principios de año, y propiciaron una protesta que duró varios días y devino en la caída de las autoridades locales.
Los grupos extremistas han incrementado sus ataques contra los chiíes, a quienes consideran herejes y no musulmanes en este país en el que predominan los suníes.
El jefe policial Wazir Khan Nasir dijo que la bomba estalló en un suburbio residencial y fue activada a control remoto.
Otro agente, Samiullah Khan, dijo que la policía investiga si la bomba fue colocada en una carreta en un mercado de verduras que estaba lleno de personas, informa diariolibre.com en su portal.
Agregó que el artefacto explosivo fue activado cuando decenas de mujeres y niños hacían compras para la comida del atardecer.
Las habitantes del lugar trasladaron a las víctimas a tres hospitales en la zona.
La televisión difundió imágenes que mostraban escombros de inmuebles destruidos con frutas y verduras desperdigadas en el suelo en lo que había sido minutos antes un animado mercado. En el lugar quedaron destruidas diversas carretas de venta destrozadas.
Integrantes de la secta minoritaria chií se echaron a las calles para una airada protesta, cerraron calles con neumáticos incendiados y lanzaron piedras a los vehículos que pasaban por la zona.
Muchos también hicieron disparos al aire en un intento por alejar a las personas del lugar ante la posibilidad de que hubiera una segunda explosión.
A veces, los grupos armados preparan sus atentados explosivos de tal manera que una segunda bomba estalle y afecte a las personas que acuden apresuradamente al lugar para aumentar la cifra de muertos.
La policía acordonó la zona donde ocurrió el atentado.