Natasha Harris, madre de 8 hijos, murió a los 30 años muy probalbemente debido a su adicción por la Coca-Cola, pues bebía 10 litros diarios: el doble de la dosis recomendada de cafeína y 11 veces la cantidad de azúcar prudente.
Natasha Harris, de Invercargill, Nueva Zelanda, murió a los 30 años. Inmediatamente su familia sospechó que la causa de su muerte estaba relacionada a su adicción por la Coca-Cola. La madre de 8 hijos bebía 10 litros al día, lo cual le pudo causar arritmias, dientes podridos y una severa adicción.
“Ella se volvía loca si se le acababa… le daban temblores, presentaba síndromes de abstinencia, se enojaba y se volvía irritable”, dijo la suegra de Harris.
Su esposo, Christopher Hodgkinson, también recuerda que la salud de ella se deterioró en los meses anteriores a su muerte: “No tenía energía y se sentía enferma todo el tiempo… Se levantaba en las noches y vomitaba”, declaró.
Sin embargo, Coca-Cola ha mantenido que la muerte de Harris no tenía relación con su hábito por esta bebida. Ni siquiera porque ella consumía el doble de la dosis recomendada de cafeína y 11 veces la cantidad de azúcar prudente.
Pero el médico forense David Crerar declaró: “Considerando toda la evidencia disponible, si no fuese por el consumo de altas cantidades de Coca-Cola, es muy improbable de que Natasha Harris hubiera muerto de esta forma”.
Finalmente, Crerar sugiere en su reporte que Coca-Cola debería añadir etiquetas a sus bebidas con la advertencia de los daños por exceso en su consumo.
[gawker]