Cambio de ubicación de la feria y mismas costumbres. Los fabricantes se pelean por ser los primeros en lanzar productos. Ya ni se espera a mañana lunes a la inauguración oficial de la feria Mobile World Congress.
A las dos de la tarde abrió fuego en Barcelona Huawei con un móvil, el P2, que promete una velocidad de descarga desconocida hasta el momento. Cuenta con procesador de cuatro núcleos de 1,5 GHz y 4G Cat 4, con velocidades de descarga de hasta 150 Mbps. Tiene tan solo 8,4 milímetros de grosor, y una pantalla táctil de 4,7 pulgadas.
Alimentado por una batería de 2.420 mAh y un procesador de cuatro núcleos de 1,5 GHz, y sistema Android de última generación, Ascend P2 descarga películas de alta definición en cuestión de minutos, y carga vídeos online, páginas web, canciones y libros electrónicos en segundos. Según la empresa, puede ser hasta el triple de rápido con conexiones wifi que cualquiera de la competencia. P2 lleva el sistema de pagos NFC, se puede manejar con guantes y calibra automáticamente la iluminación de la pantalla en función de la luz reinante. Las dos cámaras son de 13 megapíxeles, y el disparador es lateral. A partir de marzo estará a la venta en todo el mundo.
Dos horas después le tocó el turno al rey, a Samsung, y, frente a Huawei, defraudó. Demasiadas expectativas creadas para acabar confirmando lo que ya se sabía: el Note 8, mitad tableta mitad teléfono, pero que es poco más que un cambio de dimensiones. Lo más destacado es que inciden en el uso de un puntero para dibujar, tomar notas y usar varias aplicaciones a la vez. Pesa 340 gramos y almacenará 16 o 32 gigas, ampliables mediante tarjetas MicroSD.
¿Por qué no 10 o 7? Según una portavoz de la empresa mejora las posibilidades de portabilidad. Está enfocado en uso educativo, lúdico y empresarial. A pesar del tamaño, muy similar al iPad Mini de Apple,Samsung insiste en que es un nuevo concepto porque contará con aplicaciones para el puntero y porque funciona también como teléfono, el de mayor pantalla. Mejor usarlo con auriculares y micrófono, o quedará algo ridículo con un móvil XXL en la oreja.
Un sensor detecta si se están tomando notas a mano alzada. Así, al apoyar la mano no se bloquea, sino que se usa como un cuaderno; otro sensor reconoce si se está leyendo y evita que el aparato entre en reposo. Si se opta por poner el modo de lectura, la pantalla cambia el brillo y el contraste para simular la sensación del libro de papel.
La cámara de cinco megapíxeles es su punto más débil. El vídeo en cambio sí es brillante, a 1.080 píxeles. Entre las rarezas, su puerto de infrarrojos que se puede utilizar como mando a distancia del televisor. ¿Convergencia o regreso al pasado?