La falta de reconocimiento al trabajo realizado y el trato despótico son los dos rasgos que los empleados más odian de sus jefes. Además, casi el 80 por ciento de los trabajadores espera que sus superiores sean «sean coherentes y consecuentes con sus directivas«.
Así se desprende de un sondeo realizado por el Grupo RHUO sobre preferencias y hábitos laborales revela cuáles son las principales demandas y causas de malestar de los colaboradores en las organizaciones, en relación a sus superiores. Fueron entrevistadas 280 personas de entre 18 y 49 años.
Tantos los consultados de entre 18 y 25 años, como los de la franja entre 26 y 35 años, coinciden en que la característica más desaprobada del líder del equipo es que no valore el trabajo hecho, con un 24 % y un 34 %, respectivamente. En cambio, entre las personas mayores de 36 años, el rasgo negativo más destacado es que el jefe sea autoritario, con un 36 %.
«Hoy, para los jóvenes es mucho más importante ser reconocidos en el ámbito profesional que para los adultos mayores de 36 años, que ya tienen una posición más sólida en el trabajo. Es una demanda que los managers deben tener en cuenta para saber liderar equipos conformados por las nuevas generaciones. Vemos en las organizaciones, especialmente entre los colaboradores de la Generación Y, una necesidad permanente de feedback y una búsqueda permanente de la validación de terceros», indicó la gerente de Capital Humano de la consultora, Mariela Aliandri.
Y añadió: «La falta de este tipo de respuestas, que hasta hace unos años no eran una necesidad, puede generar fricciones en el grupo que de otra manera son fácilmente evitables», informa minutouno.com, en su potal.
De la investigación también se desprende que lo que más esperan los colaboradores de sus jefes es que sean coherentes y consecuentes en sus directivas (79%). Esta preferencia se resalta, sobre todo, entre los empleados de 26 y 35 (81%) y de 87 a 49 años (87%).
En las grandes organizaciones -aquellas con más de 150 empleados- esta característica es esperada por el 92% de los empleados, en la medida en que la coordinación requerida es mayor, y sólo puede lograrse con pautas de trabajo claras y eficientes.
Los empleados de empresas chicas, también, piden que sus jefes defiendan sus intereses, que incluye sueldos y vacaciones, entre otros.