El debate sobre qué comida engorda más siempre está, pero las respuestas nunca son las mismas. Entonces, ¿cuál es? No es ni el helado, ni la gaseosa, ni el chocolate. Se trata de las papas fritas, alimento delicioso si los hay.
El resultado lo arrojó un estudio realizado por científicos de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos. Señala que lo que comemos, y cuánto comemos, tiene mucho más impacto que el ejercicio físico y la mayoría de los otros hábitos, con respecto al aumento de peso a largo plazo.
En referencia a las papas, Xavier Pí-Sunyer, experto en obesidad del hospital St. Luke’s-Roosevelt de Nueva York, dice que «son sabrosas, diría que irresistibles, y tienen una textura muy buena. Las personas no suelen comer una o dos. Se comen un paquete entero».
Es el analisis más completo hasta ahora sobre el efecto de alimentos particulares y las decisiones de estilo de vida como el tiempo dedicado al sueño y dejar de fumar. Señalan que la elección de alimentos es la clave. El mensaje es el de siempre: comer más frutas, verduras, granos integrales y nueces, y reducir el consumo de papas, carnes rojas, dulces y refrescos.
«No hay una varita mágica para controlar el peso», dijo uno de los jefes del estudio, Frank Hu. «La dieta y el ejercicio son importantes para prevenir el aumento de peso, pero la dieta desempeña claramente un papel más importante» , advirtió el investigador.
Los médicos analizaron los cambios en los hábitos de dieta y estilo de vida de 120.877 personas a través de tres estudios de aspectos médicos de larga duración. Todos eran profesionales de la salud y no eran obesos al comienzo. Su peso se midió cada 4 años durante dos décadas y ellos detallaron su dieta en cuestionarios. Destaca Diarioveloz que en promedio, los participantes aumentaron ocho kilos durante el período de 20 años.
Las papas fritas fueron el mayor culpable de esos aumentos de peso. Cada dosis diaria de 28 gramos (unas 15 papas y 160 calorías) lleva a aumentar 0,77 kilo en un rango de tiempo definido: cuatro años. Eso es en comparación con golosinas y postres (otros enemigos públicos de la balanza), que añadieron 0,19 kilo.