La crisis del cólera en Haití muestra que la ONU está por encima de cualquier ley, incluso de la moral. Miles de haitianos han pagado ya con su propia vida, mientras el organismo ni siquiera acepta su negligencia que ha desembocado en catástrofe.
El escándalo, relacionado con la ONU y su participación en la propagación del brote de cólera en Haití, sigue despertando críticas durante más de dos años. Y la situación se agravó aun más cuando la organización se negó a indemnizar a las familias de las víctimas. Según los últimos datos, desde octubre de 2010, cuando la enfermedad apareció en el país han muerto unas 8.000 persona
Recientemente el organismo internacional volvió a negar su responsabilidad en este hecho y rechazó las reclamaciones de las autoridades haitianas que exigen una indemnización por miles de millones de dólares. El secretario general Ban Ki-moon envió al presidente de Haití, Michel Martelly, la notificación de la negativa a pagar, referiéndose a la Convención de la ONU de 1946 que establece inmunidad ante este tipo de demandas.
A lo largo de estos años el organismo internacional ha intentado evitar cualquier pregunta incómoda relacionada con la situación en Haití y ha tratado de encubrir este caso de negligencia, que llevó a un desastre a gran escala.
El periodista Jonathan Katz, que estudió minuciosamente la cronología de la propagación del cólera en Haití y lo describió en su libro ‘The Big Truck That Went By’, asegura que el organismo internacional impidió de todas las formas posibles a los periodistas investigar el caso e informar al mundo sobre las causas y consecuencias de la tragedia. Además, subrayó que no había habido ningún caso de cólera en Haití desde hace un siglo, pero ahora la enfermedad es endémica y sigue amenazando a los haitianos.
Entre tanto, varios estudios científicos confirmaron que fue la misión de las Naciones Unidas la que introdujo el bacilo de cólera en Haití, uno de los países más pobres del continente americano.
Los expertos revelaron que todas las evidencias indican que la bacteria se originó en Nepal y llegó a Haití a través del organismo de soldados pacificadores de la ONU que fueron a prestar ayuda después del devastador terremoto de 2010. La epidemia se extendió por el país debilitado ya que los soldados no mantuvieron unas condiciones sanitarias mínimas y se contaminaron aguas que se utilizaban como agua potable.
Destaca Actualidad RT que sin embargo, los representantes del organismo desde el primer día de las acusaciones que se generaron entre periodistas, blogueros, juristas y representantes de derechos humanos aseguraron que no tienen culpa y que la infección podría haber llegado al país por muchas otras vías.