Un encuentro amoroso entre dos homosexuales, un conocido abogado y un agente de la Policía Nacional terminó a tiros en el interior de una cabaña del municipio de Esperanza, en la provincia Valverde, a 198 kilómetros al noroeste de esta capital.
El incidente se produjo la noche del miércoles en una de las habitaciones de la cabaña Mythos, ubicada la carretera entre Esperanza y Mao.
Según los informes obtenidos por el portal vigilanteinformativo.com, el abogado de Mao se fue a una cabaña con un joven policía recién llegado a la dotación de la Policía Nacional de esa ciudad.
Siempre de acuerdo a la fuente, el policía sólo tenía cuatro días que había llegado a Mao.
Sin embargo, después de ingerir varias cervezas y “hacer el amor”, el abogado, cuyo nombre nos reservamos, pidió al policía que “se volteara” a lo que el agente se rehusó enfrascándose en una acalorada discusión.
Según narraron ante oficiales de la Dirección Regional Noroeste de la Policía Nacional, con asiento en Valverde, el abogado tomó una botella y la rompió para “obligar” al policía a que tomara la postura que él había desempeñado momentos antes.
El policía contó a sus superiores que ante la amenaza del abogado con el “casco de botella”, realizó varios disparos para disuadirlo de sus intensiones de marcarle el rostro.
Estas amenazas iban acompañadas de palabras impublicables.
Aunque el incidente llegó a oído de la Procuradora Fiscal de Valverde, Sonia Espejo, las fuentes aseguran que esta no manejó el caso que fue resuelto entre policías.
Los disparos y la acalorada discusión motivaron que la administración de la cabaña Mythos llamaran a la Policía, cuyos agentes se presentaron de inmediato encontrándose con la sorpresa de que no se trataba de un episodio de violencia contra la mujer, sino entre uno de los suyos, pero del sexo masculino, con otro igual, un abogado a quien algunos de los agentes conocían.
Ambos hombres fueron conducidos detenidos a la dotación policial de Mao, dónde fueron encerrados en medio de la burla de sus compañeros de armas y de otros reclusos, siempre de acuerdo al informante.
Previamente, el policía fue desarmado.
A la mañana siguiente fueron conducidos al despacho de un oficial superior, dónde se pusieron de “acuerdo” en dejar eso así, ya que nadie resultó herido y de esa forma evitar un escándalo mayor.
El agente policial, cuya identidad también nos reservamos, fue enviado de vuelta a su pueblo natal, Dajabón, después de sufrir la recriminación de su comándate, quien le pidió que recogiera sus cosas porque no quería “pájaro” en sus filas en esa dotación.
El incidente se ha manejado con mucha discreción entre fiscales y policías de Mao.
Algunos policías consultados aseguraron a que las relaciones entre su compañero de arma y el abogado, al parecer vienen de viejo, ya que el hombre de estrado también ha llevado casos en la fronteriza ciudad de Dajabón, donde en ocasiones, dicen, se quedaba a dormir.
Un abogado consultado, dijo que el jurista desapareció de los pasillos y los tribunales del Palacio de Justicia local, dónde muchos quieren verle la cara.