Muchos habrán escuchado hablar del “ataque de pánico” o “panic attack”. Esta terminología es relativamente nueva, dado que antes simplemente se decía que a la persona “le dio como un ataque”, y punto. De la misma manera, ahora se dice que sufre de “trastorno por estrés postraumático” el que antes era llamado “loco de la guerra”.
El “ataque de pánico”, según el DSM IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría), se caracteriza por la aparición súbita e inesperada de miedo o malestar intenso cuyo punto máximo de expresión llega aproximadamente a los 10 minutos y después declina hasta desaparecer, acompañada de 4 ó más de los siguientes síntomas:
1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
2. Sudoración.
3. Temblores o sacudidas.
4. Sensación de ahogo o falta de aliento.
5. Sensación de atragantarse.
6. Opresión o malestar torácico.
7. Náuseas o molestias abdominales.
8. Inestabilidad, mareo o desmayo.
9. Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
10. Miedo a perder el control o volverse loco.
11. Miedo a morir.
12. Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
13. Escalofríos o sofocaciones.
Ahora bien, luego de haber visto a un par de personas muy cercanas sufriendo un ataque de pánico no pude evitar relacionar estos síntomas con los que padece alguien que fue dejado por su pareja, de la cual, obviamente, sigue enamorada.
A esta situación podríamos ponerle el nombre “ataque de amor” o “love attack”. Dada la enorme cantidad de gente que la padece en estas épocas, no sería tan descabellado que sea incluida dentro de los “trastornos de ansiedad” en el próximo DSM y que los científicos le encuentren algún tipo de medicación.
Se me ocurre entonces que podríamos definir el “ataque de amor” como una sensación de angustia y desesperación que se produce tras el abandono de una pareja, a la cual se tiene la imperiosa necesidad de recuperar como aparente única solución para conseguir el bienestar. Es acompañado por, al menos, cuatro de los siguientes síntomas:
1. Angustia.
2. Falta de concentración.
3. Opresión en el pecho.
4. Dificultades para conciliar el sueño.
5. Pesadillas.
6. Pérdida de peso.
7. Desgano.
8. Culpa.
9. Recuerdos emotivos recurrentes.
10. Llanto.
11. Negación de circunstancias evidentes.
12. Idealización del ser perdido.
13. Baja o nula autoestima.
14. Incapacidad de seducción.
La gran similitud entre el ataque de pánico y el ataque de amor es que en ambos las personas que lo padecen sienten que nunca se les pasará, cuando en realidad los síntomas duran X cantidad de tiempo y se van gradualmente hasta desaparecer por completo.
Por eso… Si estás en medio de una crisis de amor, ataque de amor o «love attack», sabé que se te pasa. SE – TE – PASA. Ni dura para siempre ni la única solución es recuperar a una persona que está eligiendo otra cosa y que no era lo que vos creías que era.
Así que… ¡A poner fuerza! Y a recordar que solo es cuestión de tiempo para que el alivio llegue y la vida continúe tan linda como siempre. Con nuevas alegrías, nuevos desafíos y, por supuesto, nuevos amores.
Por Fabio Fusaro, escritor y counselor.
Fuente: https://www.entremujeres.com