Un estudio presentado en el Colegio Americano de Cardiología en San Francisco (Estados Unidos) determinó que la sangre donada que ha sido almacenada por más de 3 semanas es perjudicial para la salud.
La investigación que estuvo a cargo del doctor Robert Neuman, quien trabajó con Arshed Quyyumi, profesor de medicina y director de la Emory Clinical Cardiovascular Research Institute; y Roback John, director médico del banco de sangre del Hospital de la Universidad Emory.
Para llegar a estos resultados se analizó a 43 pacientes del Hospital de la Universidad de Emory, escogidos al azar y que se encontraban internados por diversas razones, tales como tratamientos para el cáncer o cirugías. Estas personas recibieron transfusiones de sangre de cerca de 450 mililitros de sangre.
Luego, valiéndose de un sistema especial, Neuman y sus colegas midieron la Dilatación Mediada por Flujo (DMF) de los vasos sanguíneos, consignó Science Daily.
Cabe destacar que los individuos sanos y jóvenes pueden tener una DMF de hasta el 10% y la media del grupo hospitalizado fue de 5%. El resultado arrojó que los pacientes que recibieron sangre vieja vieron reducido su DMF a un 2,4%, apenas 24 horas después de la transfusión, mientras que aquellos que recibieron sangre fresca no experimentaron ningún cambio significativo.
Este efecto producido por la sangre más antigua sobre la función de los vasos sanguíneos, es similar a la de una comida rica en grasas o las consecuencias a largo plazo de un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular como el tabaquismo o la diabetes, indican los expertos.
De acuerdo a Bio Bio de Chile, la teoría de los médicos es que en la sangre más vieja va perdiendo el óxido nítrico, que ayuda a relajar los vasos sanguíneos.
Para remediar esta situación, los autores sugieren reservar la sangre fresca para aquellos pacientes con mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, o bien, añadir algún conservante del óxido nítrico a la sangre donada.