“Uno cree en el sueño americano, en tener una casa, un trabajo, pero a menudo por más que trabajes no llegas a final de mes, no llegas a tener esa casa. Parece mentira que esto pase en EE.UU.”, dice Ruth Quarn, una de las muchas inmigrantes de Miami.
El abismo entre ricos y pobres salta a la vista en las calles de Miami donde duermen centenares de personas sin techo. Debido a los precios exhorbitantes de las viviendas, muchas familias humildes no pueden permitirse ni el hogar más simple.
Según Ruth comentó a RT, en su caso el problema fue no solo el dinero, sino también sus siete hijos: “Cuando llamábamos a algún propietario y le decía que tenemos niños, siempre nos cerraba las puertas, era como un repelente”. Ahora su caso está resuelto, pero exclusivamente gracias a la ayuda de organizaciones no gubernamentales.
“Aquí hay mucha gente que duerme en las calles, porque no tenemos otra posibilidad, es triste ver como la gente sin dinero o con discapacidades acaba así”, dice Sean, uno de los que no tienen un hogar.
“Aquí en Miami están las mansiones de South Beach y Brickell, pero también hay áreas de pobreza donde uno no se imagina que está en EE.UU. Se ven niños descalzos por las calles, gente viviendo en coches, casas con ventanas rotas, mucha droga, mucha prostitución. La tasa de pobreza de Miami es de casi un 20%, quizá la más alta de EE.UU. En Miami se dan unas condiciones particulares: el precio de la vivienda es muy alto, pero los salarios son muy bajos. Esta combinación es ‘tóxica’”, detalla Mario Artecona, del proyecto Habitat for Humanity.
La alta demanda de viviendas de lujo ha provocado una burbuja inmobiliaria que ha hecho subir los precios de las casas en general. Habitat for Humanity está intentando remediar la situación construyendo, con la ayuda de voluntarios, viviendas para gente con pocos recursos. Una de las condiciones del proyecto es que el futuro propietario participe en persona en el proceso de edificación.
Los beneficiarios del proyecto optan también a ayudas mensuales de entre 600 y 800 dólares. Los promotores del proyecto señalan que esta mensualidad está calculada para representar no más del 30% del ingreso familiar, mientras que normalmente en Miami se destina a la vivienda más del 50% del sueldo.
