Hay algunos brebajes que pueden ser demasiado dulces, o demasiado amargos, así como también con mucho alcohol. Entre gustos no hay nada escrito, pero lo que sí está escrito, es que hay tragos que definitivamente nunca deberían haberse inventado.
La infinidad de alcohol que existen hoy en día da la libertad para poder beber lo que se quiera y cuanto se quiera. Sin embargo, al probar algunos tragos, dan ganas de volver a beber cerveza artesanal y vinos finos.
La coctelería se trata de ser creativo y encontrar un brebaje indicado para cada persona, pero hay algunos tragos que hacen que uno se pregunte ¿Por qué existen aún? o ¿A quién se le ocurrió inventarlo?.
Para conocimiento general, acá les dejamos los 5 tragos, que según The Daily Meal, necesitan morir.
1. Sex on the Beach (Sexo en la Playa)
Tener sexo en la playa no suele ser agradable. Y el trago que lleva su nombre es bastante terrible también. Tiene sabor a ponche de frutas, a helado derretido o vodka barato. Además, pedirlo no suena tan sensual como te parece.
2. Zombi
Ron blanco, ron dorado, jugo de piña, jugo de naranja, licor de damasco, jugo de limón y azúcar. Una gran lista de ingredientes para un trago que es una bomba de azúcar. En definitiva, este trago da sueño.
3. Appletini (Martini de manzana)
Ningún trago debería tener el gusto de un caramelo. Y mucho menos su color. Si todo el mundo preparara esta bebida con sidra de manzana, como correspondería, estaría todo bien. El problema es que suelen armarlo con un licor barato, y así no hay buena intención que alcance.
4. Vodka Red Bull
Como dijo una vez Peggy Olson, en Mad Men: “Se necesitan tres ingredientes para un cóctel. Vodka y Red Bull es una emergencia”. Mientras que ambas bebidas son ricas por sí solas, los energizantes no parecen haber sido creados para tomar con alcohol.
5. Long Island Iced Tea
El bartender puede lucir bastante cool moviendo de un tirón seis botellas intentando preparar este trago, pero lo cierto es que el brebaje suele terminar teniendo el gusto de la alfombra del lugar y simboliza abrazarte al inodoro al final de la noche, sin lugar a dudas.