CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco ha vuelto a romper moldes, al lavar los pies, el día de Jueves Santo, a dos jóvenes musulmanes, una chica y un chico, haciendo hincapié en la fraternidad y no en la discriminación, aseguran los vaticanistas.
«No es una ruptura, tampoco es una contradicción con la doctrina: Francisco no se ha saltado ninguna regla ya que el lavado de pies es un rito que no tiene valor sacramental. Hubiera sido distinto si hubiera dado la comunión a alguno de estos jóvenes», comentó a la AFP el vaticanista Sandro Magister, quien recuerda que las celebraciones en las Iglesias «están abiertas a todos».
El papa argentino reproduce un gesto de Cristo con los apóstoles. En la cárcel de menores «Casal del Marmo» con jóvenes de diferentes condiciones, nacionalidades y orígenes, simplemente ha querido demostrar que el amor de Cristo no tiene fronteras, añadió.
«Este gesto no tiene un significado religioso. Hubieran podido haber sido jóvenes budistas o sijs. Los ha lavado los pies porque son jóvenes aislados, no ha querido hacer diferencias», aseguró el vaticanista Marco Tosatti de La Stampa.
Para el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, estos dos jóvenes «son un componente importante de la comunidad» de la cárcel de menores. «Hubiera sido extraño que no hubiesen formado parte del grupo», precisó este viernes en una conferencia de prensa.
Las imágenes captadas por las cámaras del Vaticano, las únicas autorizadas a entrar en el penal, muestran solo los pies de los jóvenes y en ningún momento los rostros.
De todas formas, nadie los obligó a participar en esta «emotiva» ceremonia, que causó en el penal una «conmoción general», que obligó a sustituir en el último momento a uno de los jóvenes que iba a participar en ella.
Aunque consideran a Cristo como un profeta, no es seguro que todos los musulmanes hayan apreciado el gesto del Papa. Los imanes están contra cualquier intento de los cristianos a captar musulmanes para su religión. La apostasía sigue siendo anatema en el islam.
El ex cardenal y arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio ya dejó claro la importancia que concede a las relaciones respetuosas con el islam en la homilía que pronunció en su misa de inauguración.
Las autoridades musulmanas, sobre todo la universidad sunita Al Azhar del Cairo, recibieron favorablemente la renuncia de Benedicto XVI y la elección del papa argentino, al afirmar que los problemas se deben a las malas relaciones con el «papa alemán».
Pero la delegación musulmana fue bastante reducida en la misa de inauguración, con personalidades de segundo rango, ilustrando la desconfianza que sigue tras el discurso del papa emérito Benedicto XVI en Ratisbona en 2006, en el que dio a entender que el islam está asociado a la violencia.
Después de Ratisbona, Benedicto XVI multiplicó lo gestos para demostrar su respeto por el islam, llegando incluso a orar en una mezquita en Estambul.
En septiembre último, durante un viaje a Líbano, exhortó a cristianos y musulmanes de Oriente Medio a que coexistan pacíficamente sin tratar de imponer su hegemonía sobre el otro.
Pero las relaciones con el islam son tensas en numerosos países del mundo, debido al crecimiento del islamismo. Benedicto XVI condenó todos los fundamentalismos religiosos, ya sean cristianos o musulmanes y tendió la mano al islam moderado, instándole a aclarar su asociación a veces ambigua con el islam radical y violento.
