ESTADOS UNIDOS.- Ashlee Tomsche cuando ingresó al gimnasio estaba nerviosa, pero la mujer asegura que perdió más de 50 kilos bailando Zumba.
“Me veré como una tonta”, pensó, pero igual entró a la sala de entrenamiento y se ubicó al fondo. En esos momentos, ella tenía 21 años y pesaba 150 kilogramos.
Zumba es una disciplina aeróbica de origen colombiano, la misma tiene como objetivo quemar calorías y mantener un cuerpo saludable, combina movimientos de baile y diversas rutinas aeróbicas.
Desde su lanzamiento en 2001, las clases de Zumba han crecido notablemente: hoy lo practican 14 millones de personas en 150 países, según informa Zumba.com.
«La primera clase de Tomsche fue difícil. Tuvo que parar varias veces para no ahogarse. Pero volvió al día siguiente. Y al otro. Un año después, había perdido 55 kilos, seis talles de ropa y más de 25 centímetros de cintura. Es una locura”, afirma la residente de Arkansas City en Kansas, Estados Unidos.
Tomsche ya era una niña con sobrepeso, pero su drama con la comida comenzó a los 16 años con el suicidio de su mejor amiga.
“Me golpeó muy fuerte y busqué en la comida una forma de consuelo”, recuerda. Papas fritas, helados, gaseosas y pizzas pasaron a formar parte de su dieta diaria. No salía mucho de su casa porque le daba vergüenza. De vez en cuando, iba al gimnasio y caminaba en la cinta, pero el ejercicio la aburría.“Sabía que debía perder peso, pero nunca supe por dónde empezar”, dice.
“Siempre intentaba algo nuevo pero lo abandonaba enseguida”. Pero Zumba fue la solución.
La instructora María Venegas recuerda la primera clase de Zumba de Tomsche. Tomsche vestía prendas muy grandes y parecía muy insegura con su cuerpo.“Tomaba varios descansos durante la clase, pero se levantaba y seguía haciendo lo que podía”, señala la instructora.
Venegas crea sus propias rutinas, incorporando música de artistas populares como Michael Jackson y Ne-Yo. En una típica clase de una hora, los participantes queman entre 300 y 650 calorías.
«Me he vuelto adicta” asegura Tomsche, quien le gusta tanto la Zumba que al principio no se dio cuenta de que estaba perdiendo peso. Pero después de cuatro meses, ya había perdido diez kilos y recibía elogios de sus compañeros.
“Ahora camina con una gran sonrisa y la cabeza en alto”, sostiene Venegas.