Mostró hoy su voluntad de ayudar a los países del mecanismo energético Petrocaribe a «entrar en el mercado global» y confió en que el Gobierno que se forme en Venezuela tras las elecciones del domingo impulse «un entorno que atraiga las inversiones extranjeras» en energía.
El responsable de EE.UU. para asuntos climáticos, Carlos Pascual, aseguró que los subsidios proporcionados a países caribeños a través del mecanismo que impulsó el fallecido mandatario venezolano Hugo
Chávez les han hecho «dependientes del combustible importado» y eso ha disparado el precio de la electricidad.
«En el pasado, esos países han evitado mostrar sus preocupaciones al respecto para no perder los subsidios de Petrocaribe, pero ahora estamos escuchando sus demandas de que necesitan entrar en una economía global y competitiva», indicó Pascual en una audiencia en el subcomité para Latinoamérica de la Cámara de Representantes.
«Estamos empezando a ver cómo se crea un entorno alternativo para la energía en la región y queremos trabajar de forma directa con estos países», continuó.
Petrocaribe, creado en 2005, es un acuerdo por el que 18 países del Caribe, Centroamérica y Suramérica pueden pagar el petróleo suministrado por Venezuela no sólo con divisas, sino en especie, nmediante el suministro de servicios y productos.
El candidato de oposición Henrique Capriles, el principal rival del oficialista Nicolás Maduro en las elecciones del domingo, se ha propuesto acabar con las condiciones dispuestas en Petrocaribe, informa diariolibre.com, en su portal.
El subsecretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Matthew Rooney, consideró que la mayoría de los países caribeños entraron en el mecanismo «fundamentalmente por motivos económicos» y no en represalia contra EE.UU. como opinó el congresista demócrata de origen cubano Albio Sires.
«Chávez nunca usó el petróleo como un arma contra Estados Unidos», aseguró el funcionario del Departamento de Estado.
Venezuela es actualmente el tercer proveedor de petróleo a EE.UU, con cerca de 32 millones de barriles mensuales al cierre de 2012.
«Pero si miramos a la producción de petróleo en Venezuela y su inflación, vemos que hay una situación financiera frágil», explicó Rooney, quien vaticinó que el Caracas deberá enfrentarse a cambios.
El funcionario reconoció que «en algunos países latinoamericanos», los inversores estadounidenses en energía «tienen que tener un estómago fuerte para hacer negocios».
Citó, en ese sentido, sus preocupaciones sobre la expropiación del 51 % de las acciones de la petrolera YPF a la española Repsol en 2012 por parte del Gobierno argentino y la disputa entre el Gobierno de Ecuador y la petrolera estadounidense Chevron.