BOSTON, EEUU. Alrededor de una docena de personas sufrieron amputaciones por las heridas sufridas en el doble atentado del lunes en el maratón de Boston (Massachusetts, noreste de EEUU), la otra gran tragedia de las explosiones que dejaron tres muertos.
Unas 100 de las 183 personas hospitalizadas tras el atentado del lunes fueron dadas de alta y regresaron a sus casas, afirmaron los medios estadounidenses. En cambio, más de diez seguían en estado crítico.
Las dos bombas caseras preparadas con ollas a presión y que estallaron cerca de la línea de llegada del maratón de Boston contenían clavos y trozos de metal, lo que provocó heridas de mucha gravedad en miembros inferiores, con personas que perdieron una o sus dos piernas de manera inmediata.
Un joven de 27 años, Jeff Bauman Jr., sufrió la amputación de ambas piernas a raíz del extenso daño vascular y óseo que sufrió.
Entre los casos que más conmueven a la opinión pública se encuentra el de la familia Richard: el pequeño Martin, de ocho años, es una de las tres víctimas mortales, mientras que su hermana Janey, de seis años, sufrió la amputación de una pierna y su madre Denise tuvo una grave lesión cerebral.
Al recibir la avalancha de heridos, los doctores se vieron obligados en ciertos casos a «completar lo que la bomba había hecho» y concluir la amputación, como explicó con crudeza el doctor George Velhamos, jefe del departamento de cirugía de urgencia del Hospital General de Massachusetts.
La mayoría tenía «10, 20 30, 40 trozos de metralla incrustadas en sus cuerpos, en general en sus piernas, pero también tan arriba como en sus cuellos», precisó.
En ese hospital, cuatro personas fueron sometidas a amputaciones, indicó el miércoles a la AFP un vocero de la institución.
En el Boston Medical Center, el equipo de cirugía de urgencia tuvo que practicar cinco amputaciones, señaló el miércoles el responsable de ese departamento, el doctor Peter Burke.
«Vemos heridas como éstas, pero no muchas causadas por explosiones y nunca en un número tan grande», afirmó Burke en una conferencia de prensa.
«Tenemos muchas heridas en las extremidades inferiores, por lo que pienso que el daño fue provocado cerca del suelo», agregó, al referirse a la posible ubicación de las bombas.
En referencia a la metralla que contenían los explosivos, Burke dijo que su equipo halló «algunos fragmentos de cuatro o cinco centímetros» incrustados en el cuerpo de las víctimas.
En el Boston Medical Center seguían hospitalizadas 19 personas, de las cuales dos en situación crítica y 10 en estado grave, según Burke.
El doctor sostuvo que es «difícil clasificar» los tipos de heridas, aunque precisó que las más graves son aquéllas que ponen en riesgo la vida de los pacientes a raíz de grandes perdidas de sangre o tejidos.
En el Brigham and Women’s Hospital, que también recibió un importante flujo de heridos, hasta siete equipos de cirujanos trabajaron en forma simultánea el lunes por la noche y tuvo que practicarse una amputación, según la prensa local.
En el centro médico Beth Israel Deaconess, «al menos dos personas» perdieron una extremidad, dijo el miércoles a la AFP Jerry Berger, director de relaciones con los medios.
Con personas luchando aún por sus vidas y tantos casos de amputaciones traumáticas, Peter Burke explicó que los médicos de Boston debían «tratar tanto con la familia como con los pacientes».
AFP