Especialistas dicen que estas manifestaciones se relacionan con el conteo del tiempo, el movimiento de los astros o el culto a la naturaleza
El presidente Obama trajo una mezcla de confianza y desafío a Boston este jueves para ayudar a curar una ciudad duramente golpeada por las bombas terroristas.
«Cada uno de nosotros está con ustedes», dijo el presidente en un servicio ecuménico en la Catedral de la Santa Cruz. «Boston puede ser su ciudad, pero nosotros la hacemos nuestra también (…) Para millones de nosotros lo que pasó este lunes es personal».
A continuación, el tono de Obama dio un giro más desafiante dirigido contra quienes colocaron las dos bombas que explotaron cerca de línea de meta del maratón de Boston este lunes. «Sí, vamos a encontrarlos. Y sí, se enfrentarán a la justicia», dijo Obama. «Vamos a tener que rendir cuentas”.
Llamando al evento como una oportunidad de «lamentar y medir nuestra pérdida», el presidente también reiteró que el espíritu de Boston sigue siendo «inamovible y el espíritu de este país permanecerá incólume”.
Dijo que en la carrera del próximo año verá que «el mundo va a volver a esta gran ciudad de Estados Unidos para correr aún más duro y para animar aún más fuerte en el 118 Maratón de Boston. Apuesta a eso», dijo.
El público respondió con aplausos emocionados.
«Su determinación es el mayor reproche a quienes cometieron este acto atroz», dijo el presidente a quienes han prestado servicios de auxilio.
“Si ellos trataron de intimidarnos, de aterrorizarnos, de sacudirnos los valores que (el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick) describió, los valores que nos hacen ser quienes somos como estadounidenses, además, deben tener muy claro a estas alturas que escogieron la ciudad equivocada para hacerlo.»
Otros invitados asistieron al servicio religioso, incluida la primera dama Michelle Obama, el excandidato presidencial Mitt Romney, el gobernador Patrick, y el alcalde de Boston, Thomas Menino.
Durante un intermedio, los asistentes escucharon la actuación del famoso chelista Yo-Yo Ma. Cerca de 2,000 personas llenaron la catedral, reportó The Boston Globe, con cerca de la mitad de los asientos reservados para el público.
Bajo fuertes medidas de seguridad, el público también incluyó decenas de policías y otros rescatistas. Después de que la gente salió del servicio en la iglesia, la multitud estalló en aplausos, mientras otros cantaban el himno nacional, informa cnn.com.
Más tarde, el presidente se detuvo en una escuela para agradecer a un grupo de socorristas y voluntarios, y la primera dama se reunió con pacientes, familiares y personal del Hospital Brigham de Niños y el Hospital de la Mujer, informó la Casa Blanca.
Mientras tanto los investigadores estaban peinando videos de vigilancia de al menos una semana antes del atentado, para tratar de identificar a cualquier persona que estuviera involucrada, dijo una fuente que recibe actualizaciones periódicas sobre la investigación.
El FBI mostró este jueves las imágenes de dos sospechosos de realizar el atentado. “Consideramos que están armados y que son extremadamente peligrosos, nadie debe tratar de acercarse a ellos o detenerlos”, dijo el funcionario del FBI, Richard DesLauriers.
En el servicio de este jueves, el alcalde de Boston alabó a las tres víctimas que murieron en las explosiones: Martin Richard, que describió como un «muchacho joven con un gran corazón»; Krystle Campbell, cuyo espíritu «la trajo año tras año al maratón”; y Lingzu Lu, quien «llegó a la ciudad en busca de educación”.