cartas tarot

 

Durante siglos el ser humano ha tenido el deseo de conocer su destino, de hallar respuestas a preguntas que considera fundamentales o simplemente satisfacer su natural curiosidad. El tarot es una disciplina que está formada por una serie de cartas medievales y que ha tenido propósitos distintos. Para algunos, fue creado con el objetivo de proporcionar ciertas respuestas de tipo filosófico, para otros funge como una herramienta adivinatoria. Diversos autores a lo largo del tiempo han tratado de hallar y ofrecer conexiones que permitan explicar los verdaderos propósitos y fundamentos de este arte.



Los orígenes
Es generalizada la idea de que el tarot fue creado bajo la inspiración de principios provenientes de Egipto, aunque las investigaciones no han arrojado resultados que sustenten esta explicación. Algunas versiones ubican su nacimiento en Italia, por solicitud del Duque de milán en el siglo XV, aunque también en ese periodo se diseñaron las cartas de Filipo María Visconti. Otros estudios atribuyen el origen a los cátaros y a la cultura occitana durante el temprano medioevo francés y español. Sin embargo, las versiones que lo vinculan a las escuelas de los misterios egipcios ha superado las fronteras del tiempo.

Los diseños más clásicos

El tarot es una baraja conformada por 78 cartas, dividida en dos partes que comprenden 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores. Existen tres tipos de mazos: el Tarot de Marsella, el más conocido, con un diseño sencillo de tintes medievales; el Rider Waite, creado por Arthur E. Waite junto con Pamela Coleman Smith, cuya fecha de creación no es clara (alrededor de la primera década del siglo XX), y el Libro de Thoth, escrito entre 1938 y 1942 por Aleister Crowley, el cual incluye ilustraciones alusivas a Egipto.

Principales impulsores
El francmasón Antoine Court de Gébelin (1719-1784) relacionó las tradiciones egipcias y los misterios de Isis y Thoth con la versión de Marsella. Aquella vinculación dejaría una huella indeleble, aunque ausente de evidencias que sustentaran sus afirmaciones. Por su parte, Aleister Crowley (1875-1947), prolífico escritor de obras esotéricas y cábala, concibió el Libro de Thoth, con ilustraciones como «espejo del Alma», y Eliphas Levi, fundador de una de las escuelas contemporáneas del tarot, consideró que sólo los martinistas y rosacruces poseían las claves del verdadero tarot.

El Libro de Thoth

El ocultismo y los misterios herméticos y esotéricos son parte de toda la literatura relacionada con el tarot. En el siglo XVIII Jean-Baptiste Alliette (Etteilla) se mostró muy interesado y diseñó una serie de cartas para la adivinación. En el siglo XX se lanzaría El Libro Thoth (1944), que incluye serie de ilustraciones creadas por Frieda Harris, y cuya autoría se adjudica al fundador de la orden iniciática Astrum Argentum, Aleister Crowley, quien proporciona algunas de las bases que explican la filosofía y aplicación de esta mancia, enfatizando también su uso adivinatorio.



El tarot según Jodorowky
El tarot tiene una imbricada historia, y parte de ésta se relaciona con las imágenes que contiene en cada una de sus cartas. Para Alejandro Jodorowsky, cada trazo es importante pues es necesario evitar que una mala copia desmorone el edificio de simbolismos y enigmas que encierra. A través de los siglos, cada impresión nueva ha provocado que se pierdan líneas, trazos y tonalidades en sus colores que son «de vital importancia para los seguidores del tarot marsellés». La hechura original de tipo artesanal de cada naipe es la diferencia: “Los impresores no iniciados en el simbolismo simplificaron al máximo el canon original». Por ello, el tarot es para los iniciados en los misterios y su simbolismo y no para los psicólogos.

¿Ciencia, literatura o fe?
Aunque puede formar parte de las ciencias ocultas, el tarot mantiene un carácter tradicional y simbólico que lo científico no puede aceptar debido a su subjetividad. En la actualidad abundan los lectores y charlatanes, quienes interpretarán de acuerdo a ciertas aptitudes o creencias. La habilidad para descifrar las correspondencias entre los significados de los naipes es condición fundamental para realizar una lectura de cartas. Para algunos, la lectura también dependerá de aspectos relacionados con la energía o la fe. El tarot es un arte, no una ciencia como tal, por falta de comprobaciones de tipo cientificista.

Jung y la psicología del tarot

Carl Jung (1875-1961) fue un prominente psicólogo suizo, médico y psiquiatra que se dedicó a difundir sus estudios de psicología transpersonal y del inconsciente colectivo. Trató de comprender el fondo de los llamados arquetipos (modelos primordiales del comportamiento humano), a través de las mancias orientales contenidas en el I Ching, la alquimia y el tarot. Para Jung, entender el concepto arquetípico a través de los 22 arcanos mayores ayudaría al ser humano a comprender su presente, una forma de autoconocimiento apoyado en esa herramienta, para mejorar el futuro personal. Cabe destacar que las obras de Jung no trataron nunca en directo el tema, sino que fueron sus alumnos quienes establecieron de manera expresa la relación del tarot y su psicología, destacando la aportación de Sallie Nichols.

Sallie Nichols, su aportación
Sallie Nicols, discípula de Jung, se adentra en el trabajo de su maestro para hallar una herramienta que vincule el tarot y la psicología. Su obra “Jung y el tarot: un viaje arquetípico” ofrece la autorealización del individuo aprovechando los naipes de la mística baraja. El objetivo final es el logro de la ampliación de la consciencia vía la comprensión del simbolismo y la filosofía arquetípica. El símbolo es el camino que comprende el inconsciente y el consciente, por lo que las cartas y sus imágenes son vehículos idóneos para el auto-descubrimiento individual.

Un camino de autorealización

Un estudio serio del tarot ayuda a comprender la posible intención original de sus creadores, quienes después de realizar estudios profundos del tema compartieron sus hallazgos, fundaron escuelas y dejaron tradiciones o senderos. La visión mercantilista contemporánea ha sido caldo de cultivo para la proliferación de la charlatanería, que ha visto en el engaño una forma de lucro. Como arte, el tarot puede ofrecer un camino hacia el auto-descubrimiento apoyado en una herramienta que requiere de estudio, intuición y meditación.


Fuente: https://www.ehowenespanol.com