Hace muchos años, cuando escuchar música significaba poner un CD o encender la radio, ser un DJ era estar un paso por encima de todo el mundo en cuanto a conocimiento musical. Significaba ser una celebridad: tener el encanto suficiente para influir en los gustos de la gente, ser reconocido por el talento para comunicar emociones poniendo música y hablando sobre ella.
Internet desplazó y, de cierta manera, democratizó todo eso. Pero la próxima apuesta de Grooveshark busca combinar lo mejor de esos dos mundos.
El nuevo servicio del sitio de streaming, llamado Broadcast y presentado este lunes, les permite a todos los usuarios crear sus propias estaciones musicales, combinando canciones con clips de audio que se pueden ubicar libremente entre una canción y otra. El objetivo es que los usuarios vayan construyendo su audiencia, tal como la que tenían –y aun tienen algunos– DJ musicales. Para eso, cada una de ellas cuenta con sala de chat, métricas, sugerencias musicales e incluso un widget para que los oyentes propongan sus propias canciones.
De forma similar a como ocurre con la radio, si el creador del Broadcast deja de programar canciones, este deja de existir. Una decisión un poco extraña de parte de Grooveshark, sobre todo cuando una de las grandes ventajas de internet es que elimina la dependencia de los horarios de emisión de los contenidos.
A mediano plazo, el objetivo es que Broadcast genere ingresos por publicidad y por comisiones de venta de canciones, pues el servicio publicará los links de lo que suene en iTunes. En principio, Broadcast funcionará para navegadores de escritorio; la integración con móviles y tabletas está entre los planes.
Una de las potencialidades más interesantes consiste en que, dado que Grooveshark puede reproducir cualquier tipo de archivo de audio, las estaciones no solo podrían programar música, sino también toda clase de grabaciones: cosas como conciertos, shows de radio hablada, clases o conferencias “Es parte de la primera plataforma musical puramente democratizada del mundo“, le dijo a The Next Web el presidente de Grooveshark, Sam Tarantino.
Pese a que tiene 30 millones de usuarios únicos mensuales que lo aman, Grooveshark tiene bastantes problemas. No solo porque sus competidores, como Pandora, Spotify o Deezer, le están quitando el mercado a pesar de que no son gratuitos. También porque, por una parte, el servicio no ha logrado negociar las licencias con los dueños de los derechos de las canciones; y por otra parte enfrenta una legal con las cuatro grandes discográficas globales –Universal, Warner, Sony y EMI– que podría llegar a ser muy costosa, informa enter.co.
Tarantino, según le contó a Mashable, “está quebrado” por cuenta de los repetidos golpes que sufrió la empresa. “2012 fue un año de recibir puños en la cara 10.000 veces“, aseguró.