En Holanda varias iglesias debieron ser transformadas en bares debido a la falta de recursos para su mantención y la baja presencia decreyentes.
La falta de fondos económicos y el poco interés por asistir a las misas, obligaron a los religiosos a cambiar el rumbo de las edificaciones. Encuestas indican que el 44% de la población es atea, mientras que los católicos ocupan el 28% los protestantes el 19%, los musulmanes el 5%, y los fieles de otras religiones el 4% de la población.
Destaca Publimetro de Chile que la iniciativa a despertado el interés de quienes concurren a los bares. Para los holandeses estos nuevos tipos de pubs son llamativos por su arquitectura.