Vermont, en el noreste de Estados Unidos, se convirtió en el tercer estado del país en permitir el suicidio asistido por médicos, habilitando a los pacientes terminales a solicitar medicación letal.
El gobernador demócrata de Vermont, Peter Shumlin, afirmó que promulgará la Ley de decisión de poner fin a la vida (End of Life Choice Bill), aprobada el lunes por la Cámara de Representantes en Montpelier, la capital del estado, por 75 contra 65 votos.
Oregon y Washington ya permiten el suicidio asistido por médicos. Pero Vermont, un pequeño estado rural de Nueva Inglaterra, en el extremo noreste, es el primer estado en aprobarlo a través de un proceso legislativo, no por un referéndum.
“Los legisladores ahora reciben un amplio margen de apoyo público en todo el país” en esta materia, dijo Barbara Coombs Lee, de Compassion and Choices (Compasión y Decisión), una organización a nivel nacional que apoya el suicidio asistido.
“La aprobación de la ley debería impulsar a las legislaturas de Massachusetts, Nueva Jersey y otros estados, que consideran proyectos de suicidio asistido, a aprobarlos”, agregó en un comunicado.
La ley aprobada en Vermont habilita a los pacientes terminales, a los que no les han dado más que seis meses de vida, pedir a sus médicos que les administren dosis letales de drogas para apresurar su muerte.
La legislación incluye varias salvaguardias: el requisito de dos opiniones médicas, la opción de una evaluación psiquiátrica y un período de espera de 17 días antes de la prescripción para poner fin a la vida.
“Se alienta a la familia a involucrarse, aunque no es un mandato”, dijo a la AFP el Michael Sirotkin, del grupo de presión Patient Choice Vermont, que ha hecho una campaña de 10 años para lograr la aprobación de una ley de muerte digna.
En los debates previos a la votación del lunes, la Vermont Alliance for Ethical Healthcare, que encabezó la oposición al suicidio asistido, consideró a la iniciativa de “política pública equivocada y mal concebida”.
Combs Lee citó una encuesta de Harris de 2010 hecha para la BBC que reveló que 70% de los estadounidenses creen que los pacientes terminales, que sufren dolor o no tienen posibilidad de recuperación deberían tener el derecho a poner fin a sus vidas.
Pero Mahoney señaló que desde noviembre del año pasado, solo en Nueva Inglaterra, los esfuerzos en pos de una legalización del suicidio asistido fracasaron en Massachusetts, Connecticut y, la semana pasada, en Maine.
AFP