La Casa Blanca enfrentó este lunes las acusaciones sobre el supuesto espionaje a un periodista de la cadena Fox News, tras el escándalo de las escuchas a la agencia de noticias AP conocido la semana pasada.
El portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney, declinó expresarse sobre una posible investigación abierta, al ser interrogado con insistencia durante su rueda de prensa diaria sobre el caso destapado por el diario The Washington Post, que acusó al gobierno estadounidense de haber espiado al periodista James Rosen.
El rotativo aseguró el domingo que el reportero fue investigado en 2010 por las filtraciones de información de una fuente del Departamento de Estado sobre Corea del Norte.
«Yo comparto totalmente, y creo que es el caso de la mayoría de los estadounidenses, la convicción del presidente de que debemos tener una prensa que sea capaz de hacer un periodismo de investigación y que debemos defender la Primera Enmienda» de la Constitución, consagra a la libertad de expresión, dijo Carney.
«Creo además que es verdaderamente importante, y creo que los miembros de ambos partidos (demócrata y republicano) lo han dicho, que este tipo de filtraciones no sea tolerada, ya que estas filtraciones pueden poner en peligro vidas (…) y amenazar nuestra seguridad nacional», agregó el funcionario.
El portavoz insistió que no podría efectuar declaraciones sobre ningún caso particular.
La semana pasada, la agencia de noticias AP informó que el Departamento de Justicia había obtenido secretamente dos meses de los registros telefónicos de sus empleados.
AFP