MÉXICO.- Los hallazgos más insólitos en diferentes alimentos, que resultan asquerosos.

¡No te confundas! Una araña en la bolsa de uvas: El 16 de junio de 2010, Jorge Fuertes compró una bolsa de uvas en el mercado de Brighton, en Boston, sin saber que venía con yapa: una araña Viuda negra viva entre los racimos. Después de su reclamo, toda la partida de uvas de la marca elegida por Fuertes fue retirada de los estantes. 



¡Que nunca te pase! Un dedo humano en el helado: Clarence Stowers, un vecino de Wilmington, descubrió parte de un dedo humano dentro de su natilla helada, en mayo de 2005. Se lo había llevado a la boca pensando que era un pedazo de caramelo. El dueño del comercio donde había comprado el postre confirmó la sospecha: uno de los empleados se había cortado un dedo mientras preparaba la crema. 

¡En mi salsa no! El cadáver de un ratón en la salsa: Cate Barrett, una maestra jardinera británica, encontró un ratón muerto en el frasco de salsa de curry, que había comprado minutos antes en el supermercado local, en junio de 2009. El hallazgo tuvo lugar cuando Cate vertió la salsa en la sartén y, además de curry, salió un bulto con bigotes y rabo.



¿Y esto?  Un preservativo en la sopa de almejas: En febrero de 2002, Laila Sultan saboreaba una sopa crema de almejas, en un restaurante de la cadena McCormick & Schmick’s, en California, cuando masticó lo que pensó era un calamar, pero no: era, nada más ni nada menos, que unpreservativo. Demandó al restaurante y dos años después llegó a un acuerdo con el dueño del local.

¿Me quieres matar? Un cuchillo dentro de un sándwich: John Agnesini, un diseñador de Nueva York fanático de la cadena de sandwiches más famosa de Estados Unidos, demandó a la empresa por un millón de dólares en julio de 2008, después de descubrir dentro de su sándwich un ingrediente sorpresa ¡un cuchillo de 18 centímetros! Afortunadamente, había mordido el mango, y no el filo.

¿Cómo ingresó? Una rana en la lata de gaseosa: Jardín, parrilla, asado. Todo bien hasta que Fred DeNegri abre la lata de gaseosa dietética, toma un buen trago, y empieza una de terror. La lata era inusualmente pesada y el líquido, espeso. Vació el contenido y encontró un objeto dentro de la lata. No supo qué era hasta que la Administración Federal de Aimentos y Drogas le entregó una copia de las pruebas de laboratorio: una rana.

¿Quién me explica? Una cabeza de gallina en las nuggets de pollo de McDonalds: Newport, 30 de Noviembre de 2000. Katherine Ortega y sus dos hijos están en una famosa cadena de comida rápida, masticando las nuggets del menú infantil. Y entre los pedacitos de pollo asoma una irreverente cabeza de gallina frita. La empresa les ofreció otra cajita infantil o reembolsarles el dinero. Pero ella prefirió iniciar un juicio por 100.000 dólares.

Un guante térmico en el pan de molde: Después de darle unos buenos mordiscos al pan, una mujer en Irlanda del Norte descubrió, entre rebanada y rebanada, los jirones de lo que había sido un guante térmico. Reportó el asunto al departamento de Salud Medioambiental y el comercio que vendió el panificado de guante fue multado con 750 libras.

¿Habrá algo más asqueroso?  Una cucaracha en un paquete de snacks: Ya había comido al menos un tercio de su snack de anchoas de la marca Golden Boy, cuando un hombre encontró una cucaracha camuflada dentro del bocadillo. El insecto estaba entero y recubierto de semillas de sésamo, por eso no lo había podido distinguir inicialmente.

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