Al menos 28 personas murieron el domingo en una serie de ataques que tomaron como blanco principalmente a las fuerzas de seguridad y a la mayoría chiita en Irak, donde la ola de violencia y la parálisis política hacen temer un retorno al conflicto religioso declarado.

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En total, diez coches bomba estallaron el domingo de mañana a la hora pico en ocho ciudades chiitas del sur del país, dejando 23 muertos y un centenar de heridos, según responsables médicos y de la seguridad.



En el norte de Irak, tres policías fueron asesinados a balazos cerca de la ciudad de Mosul, de mayoría sunita, y una bomba colocada al borde de una ruta mató a dos personas en Tuz Jurmatu.

Estos ataques no fueron reivindicados, pero grupos sunitas vinculados a Al Qaida llevan a cabo regularmente ataques coordinados de este tipo contra los chiitas, a los cuales consideran como apóstatas.



afp