La altura, el tamaño y densidad de los granos, la tostión, la temperatura del agua y hasta el tipo de cafetera influyen en el sabor del café. Ronald Valero, barista de Juan Valdez y campeón nacional de Colombia, comparte cuáles son los factores que debes tomar en cuenta para prepararte una taza de café perfecta.
Altitud. “En Colombia, los granos que se cultivan a una mayor altura tienden a desarrollar sabores más dulces y ácidos. Los granos de alturas medias suelen ser más equilibrados en sabor, y los de alturas bajas, más fuertes”. Antes de elegir tu café pregúntate: ¿prefieres sabores ligeros, medios o intensos?
Tamaño y densidad. “Los granos de café también se clasifican de acuerdo con su tamaño. Para determinarlo, se pasan por mallas o cribas con orificios de diferentes tamaños. Los granos que caen al fondo, los más pequeños, se desechan o son utilizados para otros fines”. El café de mejor calidad es el que se queda en la malla número 18.
Tostión. “El proceso de tostión no es el mismo para todos los granos. Los más suaves se tuestan menos con la finalidad de resaltar sus sabores y aromas dulces; en los medios, la tostión busca resaltar los balances, y en los cafés intensos, la tostión (también intensa) resalta la fuerza”. Si buscas sabores sutiles, elige un café con tostión baja; si buscas uno con sabores intensos, elige uno bien tostado.
Temperatura del agua. “Al momento de preparar un café el agua debe encontrarse a punto de ebullición. La temperatura ideal para servirlo ideal es de 69 a 80 grados centígrados”. Si preparamos el café con agua demasiado caliente podemos quemarlo; si lo servimos con agua demasiado fría tomará un sabor bastante desagradable.
Acompañamientos. “Quien realmente quiere apreciar los sabores del café debe aprender a tomarlo solo, sin leche, crema o azúcar. Pero cada quien debe sentirse con la libertad de tomarlo como mejor le guste”.
Café orgánico. “Es el café cultivado sin agroquímicos y procesado de manera natural. Aunque su sabor es muy similar al del común, sí existen diferencias sutiles que pueden ser percibidas por un catador profesional”.
Café descafeinado. Para extraerles la cafeína, los granos de café son sometidos a dos procesos diferentes antes del tueste: uno natural (a base de agua) y otro químico. En el químico se aplican a los granos sustancias químicas que eliminan la cafeína de manera rápida. En el proceso natural, los granos se someten a una especie de vaporización que disuelve las partículas de cafeína. “Al igual que con el café orgánico, la diferencia en el sabor es muy sutil. Sin embargo, si eres un verdadero conocedor del café, sí notarás la diferencia”.
Fuente: https://vidayestilo.terra.com/