“Durante los últimos 30 años hemos tenido un cambio drástico en cómo nos alimentamos. Antes consumíamos muchas frutas, verduras y legumbres, pero a partir de los años 80, con la llegada de las comidas rápidas, estamos consumiendo grandes cantidades de azúcares muy refinadas y grasas saturadas, lo cual favorece la aparición de los factores de riesgo cardiovascular”, asegura, de acuerdo a BioBio.cl.
¿Cómo reconocer un infarto?
Vilchez explica que el principal síntoma de un infarto es el dolor.
“Es un dolor opresivo en el centro del pecho, que puede irradiarse a la mandíbula o brazo izquierdo, y que tiene una duración superior a cinco minutos, que se exacerba con la actividad física y el estrés emocional, y disminuye con el reposo o la tranquilidad. A veces se acompaña de falta da aire, desvanecimiento o pérdida de conciencia. Síntomas más inusuales son el dolor estomacal y las náuseas”, indicó.
En esos casos aconseja trasladarse de inmediato al centro de urgencia más cercano y suministrar al afectado una aspirina para niños, a masticar, que ayudará a controlar los síntomas durante el traslado al centro médico.
Si estás entrenado, da al paciente respiración cardiopulmonar boca a boca, y masaje cardíaco mientras llega la atención profesional.
¿Cómo prevenir?
Vilchez indica que prevenir es la única estrategia. Alimentación balanceada, rica en frutas y verduras y baja en calorías, dejar de fumar, realizar actividad física y mantener un peso ideal, son los métodos más conocidos y efectivos.
Asimismo, recomienda consultar al cardiólogo a partir de los 30 ó 35 años, sobre todo si en la familia existen hombres menores de 55 años o mujeres menores de 65 años que hayan sufrido algún ataque cardíaco.
Si existen enfermedades familiares como la hipercolesterolemia, también es positivo consultar y realizarse chequeos regulares. El electrocardiograma se aconseja después de los 40 años.
Consejos para cuidar el corazón
Haz cambios en tu dieta alimenticia: Reduzca la ingesta de alimentos de origen animal, sobre todo de carnes rojas y de aquellos ricos en colesterol y grasas saturadas, y disfrute de verduras, frutas, legumbres y pescados. El consumo de sal debe reducirse a menos de 5 gramos por día.
Deja de fumar: El humo del cigarrillo contiene más de 4.000 sustancias químicas, muchas de las cuales pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos.
Baja de peso: el peso extra otorga mayor tensión al corazón haciendo que la presión suba. Cuanto mayor sea la presión, mayor será la probabilidad de un ataque. También aumenta los niveles de colesterol en sangre.
Haz ejercicio: Los deportes ayudan a mantener un peso saludable, alivian el estrés, y reducen el riesgo de desarrollar diabetes y otras enfermedades crónicas.
Controla el estrés: El estrés puede ser perjudicial al aumentar la presión arterial, el colesterol en la sangre, haciendo que el corazón lata más rápido.
Mantén una buena higiene dental: Muchos estudios sugieren que la salud oral – enfermedad de las encías, en particular – se relaciona con enfermedades del corazón.
Realiza chequeos médicos regulares: Esto te mantendrá actualizado con los niveles de colesterol, niveles de presión arterial, etc… y te ayudará a detectar cualquier problema de salud cuando es más fácil de tratar.