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El operador de la central nuclear de Fukushima estimó en unos 30 billones de becquerels la cantidad de cesio y estroncio radiactivos que se habrían filtrado en el océano Pacífico desde mayo de 2011 a través del agua subterránea acumulada en el subsuelo de la central.



La cantidad sólo incluye los elementos radiactivos filtrados a través de la fuga de agua subterránea contaminada, presente bajo los reactores de la central.

La compañía Tokyo Electric Power (Tepcto) reconoció que esta agua acumulada en el subsuelo tras la catástrofe provocada por el tsunami en marzo de 2011, no estaba estanca como se pensaba, sino que filtraba en el océano unas 300 toneladas por día, situación que continúa hasta el día de hoy.



Cálculos posteriores mostraron que la cantidad de elementos radiactivos vertidos en el mar debía ser como máximo de 10 billones de becquerels de estroncio 90 y de 20 billones de becquerels de cesio radiactivo.

Antes del accidente, la central podía verter como máximo 220.000 millones de becquerels por año.

Tepco se encuentra inmersa, en estos momentos, en la instalación de un sistema capaz de bombear 100 toneladas de agua subterránea contaminada por día, agua que sería filtrada y reciclada para enfriar los reactores de la central accidentada.

Este problema de filtración de aguas subterráneas en el mar es diferente del producido estos últimos días, que provocó el vertido en el océano de 300 toneladas de agua altamente radioactiva presente en una reserva defectuosa de 1.000 toneladas. Este último problema fue calificado de “incidente grave” este miércoles por la autoridad de regulación nuclear.

AFP