El presidente estadounidense Barack Obama buscó el jueves el respaldo de otros líderes mundiales para atacar a Siria, pero se encontró con la oposición de Rusia, China e incluso la Unión Europea, que condenó el reciente ataque con armas químicas en el país árabe pero dijo que es demasiado pronto para una respuesta militar.
«El uso de armas químicas en Siria es no solamente una tragedia, sino también una violación de la ley internacional a la que se debe responder» , insistió Obama en una reunión bilateral con el primer ministro japonés Shinzo Abe durante la cumbre económica del Grupo de los 20.
El portavoz de la delegación china en el G-20, Qin Gang, estuvo entre quienes disintió, y afirmó: «La guerra no es la forma fundamental de resolver los problemas en Siria» .
Las gestiones diplomáticas públicas y privadas de Obama buscan en parte aumentar presiones sobre los legisladores en Washington en el debate en torno a una autorización al uso de la fuerza en Siria.
La comisión de Relaciones Exteriores del Senado aprobó esta semana una resolución en ese sentido, pero los prospectos de la medida en la cámara alta en pleno y en la Cámara de Representantes son inciertos.
Las posibilidades de una acción militar contra Siria opacaron la agenda de crecimiento global en la cumbre de dos días en San Petersburgo, que comenzó el jueves en esta histórica ciudad rusa sobre el Mar Báltico. Los líderes tocaron el tema de la crisis durante una cena ofrecida por el presidente ruso Vladimir Putin, uno de los partidarios más firmes del gobierno del presidente sirio Bashar Assad.
Asesores de la Casa Blanca dijeron que Obama busca un respaldo «político y diplomático» de sus socios internacionales, no necesariamente una cooperación militar. Y Ben Rhodes, vice asesor de seguridad nacional del presidente, dijo que el tipo de operación que Estados Unidos está considerando «no tiene requerimientos significativos de participación internacional» .
Aunque Obama ha pedido desde hace tiempo la salida de Assad, el mortífero ataque químico de hace dos semanas cerca de Damasco puso a Estados Unidos al borde de una acción militar por primera vez desde el estallido de la guerra civil en Siria. La posición de Washington ha incrementado las tensiones con Putin, que ha bloqueado gestiones en las Naciones Unidas para una acción internacional y puesto en tela de juicio reportes de inteligencia que funcionarios estadounidenses dicen vinculan al gobierno de Assad con el ataque.
El primer ministro británico David Cameron dijo el jueves que Gran Bretaña tiene nueva evidencia que está siendo examinada en laboratorios británicos.
Antes de la llegada de Obama a San Petersburgo, Putin le dijo a The Associated Press en una entrevista que es «completamente ridículo» afirmar que Assad es el responsable por el uso de gases tóxicos contra ciudadanos sirios. El Kremlin también anunció que está fortaleciendo su presencia naval en el Mediterráneo, donde Estados Unidos tiene cinco destructores listos para un ataque.
En tanto, funcionarios chinos dijeron que un ataque militar tendría repercusiones negativas para la economía global, especialmente los precios de los combustibles, informa eluniversal.com, en su portal.
La UE, a su vez, se mostró escéptica sobre la efectividad de una acción armada. El presidente del bloque, Herman Van Rompuy, les dijo a reporteros en San Petersburgo que el ataque químico de agosto fue «una violación clara a las leyes internacionales y un crimen contra la humanidad» , pero dijo que es necesaria una solución política, no militar.