Las investigaciones científicas arrojaron resultados que indicaban que el cerebro de una persona que se siente enamorada se ve muy diferente al de una persona que simplemente está experimentando un sentimiento de lujuria.
Por otro lado, esta fase o período en el que la persona se siente enamorada se trata de un período único y bien definido en el que se presentan determinadas características que pueden significar que alguien esta realmente enamorado y se sintetizan en los puntos siguientes.
Es especial
Cuando una persona esta enamorada cree que su amada/o es única/o y especial y este sentimiento llega acompañado por cierta incapacidad en fijarse en los demás. Como si se tratase de una obsesión, el enamorado cree que la persona es tan especial que no podrá conocer a alguien igual.
La Dr. Fisher afirma que este proceso es capaz de apreciarse en el cerebro y explicarse mediante el aumento de las cantidades de dopamina que se producen durante esta etapa. La dopamina esta involucrada directamente en la química del proceso de focalización y la atención.
Es perfecta/o
Las personas durante este período presentan una enorme tendencia a obviar los aspectos negativos de su ser especial enfocándose precisamente como acabábamos de señalar, únicamente en esta persona y sus aspectos positivos.
Por otro lado también sienten una conexión con determinados objetos que provocan el recuerdo de la persona, objetos triviales o situaciones que por alguna razón se relaciona con esa persona.
Esto se debe del mismo modo por los altos niveles de dopamina y de norepinefrina o de noradrenalina, un producto químico segregado en el cerebro que se asocia al incremento de trabajo en la memoria y la atención, así como a la percepción de nuevos estímulos.
Un desastre
Al contrario de lo que comúnmente se cree sobre todos los beneficios emocionales que provoca un enamoramiento, la situación se vuelve un verdadero caos que conduce a una inestabilidad emocional y fisiológica.
Los cambios ocurren a distintos niveles y se presentan de distintas maneras: puede haber exceso de alegría, euforia, insomnio, pérdida del apetito, ansiedad y hasta pánico ante la idea de perder a esa persona, entre otras cosas.
Similar a un adicto a las drogas, cuando a un enamorado se le muestran imágenes de la persona amada o al adicto; imágenes de drogas, el cerebro muestra recibir golpes de adrenalina y su cuerpo reacciona tras la activación de ciertas partes del cerebro.
Superación
Sobrepasar un reto o la adversidad en la relación hace que la pareja sienta aún más confianza y que los sentimientos anteriores reaparezcan con mayor intensidad, se produce una mayor atracción hacia la persona.
Nuevamente la dopamina vuelve a ser responsable de este suceso, ya que cuando suceden este tipo de acontecimientos y se supera el reto, los niveles de dopamina vuelven a dispararse instantáneamente.
Obsesión: el disfraz de un trastorno compulsivo
Cuando las personas se enamoran suelen pasar largos períodos de tiempo pensando en esa otra persona y precisamente la gran mayoría, un 85% del tiempo en el que están en vigilia se la pasan haciendo esto.
Esto se debe a una consecuente disminución en los niveles de serotonina en la parte central del cerebro, un hecho conocido como el “pensamiento intrusivo” y una cuestión que esta fuertemente relacionada al trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.
Por siempre
A medida que se van presentando todos los cambios que venimos observando, la persona comienza a presentar distintos síntomas y signos de dependencia, miedo a la pérdida y el rechazo, ansiedad y un fuerte sentimiento de posesión.
A nivel cerebral y psicológico varios cambios se van desarrollando y la manera misma de apreciar la realidad se ve transformada. La persona suele imaginar su vida entera junto a otra persona como consecuencia de la dependencia, tal como si se tratase de una droga.
Un sentimiento incontrolable e inexplicable, nada de ciencia
En sus investigaciones la doctora Fish describe que la mayoría de las personas que dicen estar enamoradas señalan que es imposible controlar lo que sienten y que se muestran escépticos a que se pueda describir con palabras y mucho menos por la ciencia.
Los estudios se realizaron con varias personas de ambos sexos que afirmaban estar enamoradas y en ellos se analizó sus comportamientos y cambios a nivel físico, psicológico, emocional y cerebral.
Estos participantes también afirmaron en un 64% tanto de hombres como de mujeres, que el sexo no es un punto clave en la relación y que no todo se trata de ello, declarando que los sentimientos son los que prevalecen.
Fuente: https://www.lapatilla.com