¿Cuáles alimentos te convienen y cuáles perjudican tu salud? ¿Cómo deben manipularse y cocinarse para que no te hagan daño? A veces las informaciones que recibes son confusas, y la mejor forma de tener la seguridad de que lo que comes es saludable es seguir las recomendaciones de los expertos.
Se dice que “somos lo que comemos”. Y es verdad. La calidad de nuestra vida y de nuestra salud depende de una buena alimentación. Esta, a su vez, va de la mano de no sólo de la selección apropiada sino además de la preparación adecuada de los alimentos que servimos y consumimos a diario. Estos consejos te enseñarán muchas cosas importantes sobre los alimentos, tomando como base la frase tan sabia que dice: es mejor precaver que lamentar.
1. Usa el termómetro de cocina.
Muchas personas cocinan “al ojo”. Si ya está dorado por fuera o lleva tantos minutos al fuego, piensan que ya está listo. Sin embargo, Tina Hanes, enfermera y dietista del U.S. Department of Agriculture Food Safety and Inspection Service, afirma que el color y la textura de un alimento no son elementos de los cuales podemos confiar para saber si está bien cocido. ¡Usa el termómetro al cocinar para estar bien seguro(a)!
Cocina la carne de res, de cerdo y de cordero a un mínimo de 145° F (unos 63° C), y deja que reposen tres minutos cuando la saques del horno. Las aves a 165° F (unos 74° C), y la carne molida a 160° F (unos 70° C). Para tomar la temperatura de las pechugas de pollo y las hamburguesas, inserta el termómetro en el lado de la parte más gruesa.
2. Los carbohidratos y el gluten no son siempre enemigos.
Está de moda pensar que los carbohidratos no son sanos (pero lo que se debe evitar son los azúcares refinados) y que se debe evitar el gluten. El gluten es una proteína del trigo, que únicamente afecta a las personas que padecen de enfermedad celiaca, una condición en la que se tiene intolerancia al gluten porque se tiene incapacidad para procesarlo. Sólo las personas que la padecen deben suprimir el gluten, pero según Amy Frasieur, dietista de Bastyr University, en San Diego, California, los que no la sufren ni tienen alergia el gluten pueden consumirlo sin problemas.
En cuanto a los carbohidratos, si los evitas en exceso te privas de nutrientes vitales y de una excelente fuente de energía. No los saques de tu dieta. Es mejor seleccionar los carbohidratos de calidad: frutas y vegetales frescos, así como los cereales y granos integrales (fríjoles (habichuelas o porotos), arvejas (guisantes o chícharos) y frutos secos. ¿Y por qué no pruebas algunas de las recetas nutritivas y bajas en calorías que tenemos en Vida y Salud? Encontrarás mil formas de incluir alimentos sanos y nutritivos en tus menús. No te dejes llevar por la rutina ¡y explora!
3. Si se cae ¡no lo recojas!
¿Se cayó un alimento al piso? Deséchalo ¡enseguida! No creas que porque estuvo sólo unos segundos en el piso puedes comerlo sin temor. No es cierto. Según Frasieur, las bacterias se adhieren instantáneamente al alimento, y puede enfermarte.
4. Separa y ganarás en salud.
Ya lo sabes: las carnes crudas no deben mezclarse con las verduras y los alimentos que se comen crudos. Debes tener una tabla de cortar para cada cosa.
Pero hay más: la meseta de cocina y la mesa también se contaminan. Dice Cheryl Luptowski, de NSF International, una organización independiente sin fines de lucro. Ella recomienda que no pongas nada sobre mesetas ni mesas de comer, incluyendo bolsos y maletines de escuela. Si usas bolsas reusables de tela para colocar los alimentos en el supermercado, no envases juntas las carnes y las verduras. ¡Y no te olvides lavarlas!
5. Ojo con los vegetales y las frutas.
Los alimentos orgánicos cuestan más, y los estudios arrojan resultados mixtos sobre si su valor nutritivo es mayor. Pero, según Frasiuer, sí tienen un beneficio definitivo para la salud: menos exposición a los pesticidas y los aditivos, lo que resulta en alimentos más sanos.
¿Es seguro comer sin lavar los vegetales pre empacados? Hanes, del U.S. Department of Agriculture’s Food Safety and Inspection Service, dice que si las bolsas tienen la etiqueta “Listos para comer”, o “Prelavados”, puedes comerlos sin lavar.
6. ¿Por cuánto tiempo se conservan?
Cuando hagas la compra, no dejes los alimentos en un auto o a la intemperie mucho tiempo (en el verano, no más de una hora). Si vas a hacer varias diligencias, deja el supermercado para el final.
¿Y si se va la electricidad? En el refrigerador (hielera) cerrado, los alimentos se mantienen en buen estado unas cuatro horas. Según Hanes, en el congelador lleno hasta la mitad se mantienen congelados 24 horas; en el congelador lleno, hasta 48 horas, informa saludyvida.com, en su portal.
7. Cuidado con las bebidas energéticas.
Contienen dosis altas de cafeína y otros estimulantes. “Las dosis altas de cafeína pueden tener efectos perjudiciales”, dice Frasieur. “Y no se sabe con certeza el impacto de combinar la cafeína con los otros estimulantes que también contienen estas bebidas”. Los niños, las mujeres embarazadas y los hipertensos deben evitarlas definitivamente. Y el resto de las personas, podrían consumirlas con mucha moderación: considera que también pueden perjudicar la salud de tu boca. En ningún caso se deben combinar con bebidas alcohólicas.
8. Limpia y esteriliza.
¿Usas las esponjas de cocina para diferentes tareas? Luptowski recomienda que no lo hagas (debido a que se vuelven un criadero de gérmenes). Prolóngales la vida a las esponjas de cocina: mójalas y ponlas en el microondas por dos minutos para destruir los gérmenes. Y nunca uses las esponjas de fregar los platos para fregar también los platos de tus mascotas.
Si preparas un alimento que puede transmitir bacterias, como la carne cruda, Luptowsky aconseja que conectes la lavadora de platos en el ciclo de esterilizar. Si no tienes lavadora, esteriliza los utensilios: lávalos con agua caliente y jabón, ponlos después en un recipiente con un galón de agua caliente y un chorrito de cloro y enjuágalos bien.
Si mantienes una buen higiene en tu cocina y conviertes estas recomendaciones en hábitos, le ofrecerás a tu familia una alimentación más sana, libre de bacterias y de contaminación, lo que es sin duda una de las bases de la buena salud.