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Tradicionalmente el orden de nacimiento ha determinado la vida de las personas. En el pasado el mayor de los hijos heredaba el reino, la fortuna o el negocio familiar y con ello la probabilidad de casarse bien. Los menores, en contraste, se debatían entre su obligación de ir a la guerra, vestir santos o cuidar a sus padres en la vejez.



 A pesar de que, salvo contadas excepciones, hoy todos los hijos tienen derechos iguales, recientes investigaciones muestran que la influencia del orden de llegada al mundo sigue siendo determinante en el futuro de la gente. Este orden es de gran valor porque la relación que se establece en un comienzo con los padres y los hermanos diseña el patrón básico que adoptarán los individuos adultos para relacionarse con el mundo. Y como estos patrones no son fijos “la mejor razón para estudiarlos a fondo es entenderse a sí mismo con el fin de modificarlos”, dice Cliff Isaacson, autor del libro Birth Order Effect for Couples. 
Sonia, una administradora de empresas, la segunda de tres mujeres, cuenta que a sus 39 años se sentía agotada en el trabajo a pesar de ser exitosa. En la terapia quedó claro que su lugar entre sus hermanos era la causa de su cansancio. “Siempre quise estar a la altura de mi hermana dos años mayor. Pero para lograr correr como ella y estar a la altura de su desarrollo cognitivo tenía que esforzarme mucho más”, confesó. De adulta se convirtió en una mujer altamente competitiva y lo era ya no solo en su ambiente familiar sino con sus colegas, amigos y jefes.
También resulta terapéutico analizar los problemas maritales desde esta óptica. El psicólogo Maynard Brusman incluso cree que hay que escoger pareja teniendo en cuenta el orden de nacimiento para “beneficiarse más de las fortalezas que el otro desarrolló en su infancia”, señala.
 
Cuando ambos son de la misma posición hay más conflictos, según Brusman, y una de las combinaciones más volátiles se da cuando se juntan dos primogénitos, como en el caso de Bill y Hillary Clinton, porque ambos son competitivos, perfeccionistas y determinados. “Por eso casi nunca se conectan, ni desarrollan compromisos mutuos. No tienen una buena relación”, dice. Según Isaacson, la mejor mezcla es entre dos terceros hijos porque “se relacionan sin conflicto y entre ellos hay mucho humor”.
Pero aún hoy, muchos se preguntan si es mejor llegar de primero o de último a la familia. Aunque cada posición tiene sus pros y sus contras, los estudios parecen concluir que el que llega primero tiene las de ganar. Para empezar, su coeficiente intelectual es un poco mayor que el de sus hermanos menores, según Semana.com
Un estudio hecho entre 250 primogénitos noruegos mostró que tenían 2,3 puntos de ventaja en su inteligencia. Este incremento, sin embargo, no se produce por razones biológicas sino ambientales. La investigación descubrió que ante el fallecimiento del primogénito, los segundos–que pasaron a reemplazarlos en el rol de hermanos mayores– tuvieron un coeficiente mayor que el de los demás, lo que demuestra que lo relevante es la posición y no el orden al nacer.
Los primogénitos también son líderes. En un trabajo hecho por científicos de la Universidad de Leiden en Holanda con 1.200 hombres y mujeres que trabajan en cargos públicos, el 36 por ciento resultó ser de los mayores de la familia mientras que solo 19 por ciento era de los menores.
Los mayores tienden a ser más altos pero tienen en su contra una mayor posibilidad de ser obesos de adultos. También son propensos a tener una baja habilidad para responder a la insulina, lo que hace que sean más proclives a la hipertensión, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas.
Así mismo, hay evidencia de que tienen más riesgo de desarrollar alergias, un hecho relacionado con la hipótesis de la higiene: los padres protegen más a sus primogénitos de los gérmenes y por ello estos desarrollan un sistema inmune menos robusto que sus hermanos, quienes están más expuestos desde pequeños a los patógenos.
Los menores, por su parte, son más arriesgados, como demostró Frank Sulloway en una investigación con 408 hermanos que jugaban béisbol profesional. Sulloway, psicólogo y autor del libro Born to Rebel, encontró que los de menos edad eran diez veces más aventurados a la hora de aplicar estrategias de alto riesgo para robar una base. También tienen habilidades de liderazgo y, a diferencia de los mayores, tienden a ir en contra del statu quo.
Una seria desventaja es que mientras un individuo tenga más hermanos mayores está en más riesgo de suicidarse. Esta fue la conclusión de un estudio hecho por Hans Gravseth, del Instituto Nacional de Salud Ocupacional de Noruega. Según el investigador, esto sucedería porque el primogénito recibe toda la atención de sus padres, lo que ayuda al pleno desarrollo de su personalidad. Esta oportunidad se va cerrando a medida que llegan otros hermanos a la familia y la atención de los padres se debe compartir entre todos.
También se ha encontrado que cuanto mayor sea el número de hermanos mayores que tenga un hombre, mayor será la probabilidad de que sea homosexual.
Los expertos aclaran que todo lo anterior puede variar según el temperamento, el género y la brecha de edad entre los hermanos. Llegar de tercero al mismo tiempo que se es la primera mujer genera una dinámica diferente. También lo es que los dos primeros hijos sean del mismo sexo y la brecha de edad sea corta, en cuyo caso se da la mayor rivalidad posible en la familia. “El efecto del orden de nacimiento se acentúa cuando todos son seguidos y se minimiza cuando la brecha es de cinco años”, afirma Michael Grose, autor del libro Why First-Borns Rule the World.
 
A pesar de lo anterior, otros consideran que no siempre el que pega primero pega dos veces. Según algunos estudios, el hijo mayor sufre más de ansiedad porque siente que debe llenar las expectativas de sus padres. Estos, por su parte, se van relajando en la medida en que llegan más hijos y se especializan en el arte de criar, lo que resulta en hijos más relajados y felices. 
 
Pero en la medida en que los adultos jóvenes de hoy están menos interesados en reproducirse, se prevé que aumentará el número de hijos únicos. Y si bien el impacto de la posición en la familia va a seguir siendo interesante, en la práctica la cuestión perderá en gran medida su relevancia.
LOS HIJOS MAYORES
 
Adolf Hitler
Máximo dirigente de la Alemania nazi.
Bill Clinton
Presidente de Estados Unidos.
Steve Ballmer
CEO de Microsoft.
Características
  • Coeficiente intelectual más alto que el de sus hermanos
  • Líder natural
  • Dominante
  • Seguidor de las reglas
  • Responsable
  • Cauteloso
  • Más gordo
  • Propenso a las alergias
LOS HIJOS DEL MEDIO
 
Princesa Diana
Primera esposa del príncipe Carlos.
Stella McCartney
Diseñadora de moda.
 
Cate Blanchett
Actriz.
Características
  • Los de menor estatura de la familia
  • Independientes
  • Sociales
  • Conciliadores
  • Rebeldes
  • Especialistas en hacer amistades
  • Generosos
LOS HIJOS MENORES
 
León Trotski
Político y revolucionario ruso.
Mahatma Gandhi
Líder del nacionalismo indio.
Hugh Grant
Actor británico.
Características
  • Coeficiente intelectual menor al del hermano mayor
  • De talla más baja y menos proclives a la
  • obesidad y las alergias
  • Poco convencional
  • Competitivos
  • Arriesgados
  • Creativos
  • Consentidos
  • Con buen sentido del humor