Es habitual que nos encontremos con que las botellas de vino tengan su fondo hundido. Esto se debe en primer lugar a un fenómeno físico, la presión interna del recipiente es igual en todas direcciones, por lo tanto a mayor área de presión mayor posibilidad de que el envase explote. Al disponer de un fondo hundido, las botellas se hacen más resistentes a posibles golpes.
En segundo lugar, otra razón por la cual el envase de botella de vino es hundido se debe a normas de cómo realizar el servicio del vino, haciendo más fácil que se pueda tomar por debajo de la botella para servir el vino en la copa.
Además, al tener un fondo hundido la botella de vino, ésta puede ser girada mientras se está en proceso de crianza del vino gracias al fondo convexo. El fondo hundido permite que los sedimentos que se producen desde el embotellado hasta el consumo tengan un lugar donde depositarse en el fondo de la botella, sin mezclarse con el vino que se sirve, a fin de mantener su calidad en la copa y al beberlo. Esto es justamente lo que Martín Berastagui menciona con respecto a su sistema para decantar impurezas en la botella y evitar que salgan a la hora de ser servida.
Lo que no es necesariamente cierto es que por tener un fondo hundido, esto no determina la calidad del vino. Existen grandes vinos como el Renina de Gaia que es un vino italiano de muy buena calidad pero que su botella no está hundida, por blog.vinos.com.
Por último, es de destacar que las botellas rectangulares en realidad pueden resultar en una estrategia de ahorro para la distribución del vino, ya que una botella perfectamente recta en su base permite que permite una mejor disposición en las cajas para el transporte del vino.