El mundo tenía su vista puesta este domingo sobre el Senado de Estados Unidos, que buscaba la forma de poner fin al bloqueo del presupuesto, con solo tres días laborales para impedir un cese de pagos de la deuda de la primera economía mundial.
La Casa Blanca recordó este domingo que el presidente Barack Obama no había cambiado de posición respecto a que cualquier acuerdo para salir de la crisis debe implicar una reapertura total del Estado federal y un aumento del techo de la deuda, sin condiciones.
En una conversación telefónica con Nancy Pelosi, jefa de los demócratas en la Cámara de Representantes, el presidente volvió a manifestar esa posición.
Asimismo, «el presidente y la jefa (de la bancada demócrata) también discutieron sobre su voluntad, una vez que el límite de la deuda sea elevada y el Estado reabierto, de negociar una solución presupuestaria a mayor largo plazo», indicó la Casa Blanca.
«Tenemos conversaciones» con los republicanos, declaró en tanto Harry Reid, jefe de la mayoría demócrata del Senado, en una extraña sesión dominical.
Reid y el jefe republicano del Senado, Mitch McConnell, se hablaron por teléfono este domingo, en una «conversación cordial que no desembocó en nada», según un colaborador.
Ambos negocian un plan que permita elevar el límite legal de la deuda para antes del 17 de octubre, fecha en que el Estado entrará en cesación de pagos por falta de recursos, así como la reapertura de las agencias federales, paralizadas desde el 1 de octubre, pues el Congreso no aprobó un presupuesto para el año fiscal 2013-2014.
«Esperamos que haya avances positivos hoy (domingo) y muy rápidamente», afirmó el número dos de los demócratas, Richard Durbin.
«Perturbaciones masivas»
Estados Unidos enfrenta dos crisis vinculadas políticamente pero cuya coincidencia obedece a un azar del calendario: una es la ausencia de un acuerdo en el Congreso para el presupuesto que mantiene paralizado parcialmente al gobierno y otra es el bloqueo en el Congreso para elevar el techo de la deuda antes del 17 de octubre, fecha en que el Tesoro estadounidense no podrá honrar algunos compromisos de su deuda.
Los mercados, que siguen de cerca los debates, podrían reaccionar negativamente la semana próxima a la falta de un acuerdo.
La directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, advirtió el domingo en declaraciones a NBC que un fracaso sobre un aumento del techo de la deuda podría implicar «perturbaciones masivas en el mundo entero» y el riesgo de una nueva recesión en Estados Unidos.
En momentos en que las dos cámaras disponen de apenas tres días laborales para acordar un alza del tope de la deuda, los senadores mostraron su voluntad de lograr un acuerdo.
La senadora republicana Susan Collins, involucrada en las negociaciones, aseguró el domingo a CNN que habría «una solución esta semana» y que los parlamentarios iban a «continuar trabajando, transmitiendo (sus) propuestas a los dirigentes de ambos bandos». Pero su colega Lindsay Graham admitió a ABC que «no veía ningún» acuerdo próximo por el momento.
«Momento muy peligroso»
Por su lado, los legisladores de la Cámara de Representantes se retiraron de Washington por el fin de semana hasta la tarde del lunes, tras mantener una corta sesión el sábado en la mañana.
Los representantes republicanos acusaron entonces al presidente Barack Obama de haber rechazado su propuesta.
«Estoy decepcionado con que el presidente haya rechazado la oferta que pusimos sobre la mesa», dijo Eric Cantor, jefe de la mayoría republicana en la Cámara.
El sábado, Obama expresó su hostilidad a la idea de extender solamente por algunas semanas el alza del techo de la deuda.
La Casa Blanca también lamentó que se haya rechazado el sábado una medida del Senado que habría permitido al Estado federal continuar pagando sus préstamos hasta fines de 2014 y alejar de esa forma el riesgo de un default.
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, previno la noche del sábado que se está cerca «de un momento muy peligroso».
Lagarde comparó los efectos que tendría un cese de pagos estadounidense con los de la crisis financiera de 2008.
«El estatuto de la economía estadounidense estaría, de nuevo, en peligro», indicó Lagarde a la cadena NBC.
«Si hay tal nivel de perturbación, de falta de certidumbre, de falta de confianza en los compromisos de Estados Unidos, eso implicaría perturbaciones masivas en el mundo entero. Y estaríamos expuestos a caer, nuevamente, en la recesión», advirtió Lagarde.
Los directores de grandes bancos también expresaron su inquietud sobre un eventual default, como Jamie Dimon, director de JPMorgan, el banco más grande de Estados Unidos.
La propuesta de extender por un corto plazo el aumento del techo de la deuda habría permitido, según los republicanos, negociar un amplio acuerdo de reforma de los programas sociales estadounidenses, entre ellos el sistema público de jubilaciones, manteniendo siempre la presión sobre el presidente.
El aparente endurecimiento de la posición del ejecutivo hizo desplazar el centro de gravedad de las negociaciones al Senado, donde demócratas y republicanos anunciaron el sábado estar trabajando sobre un plan alternativo al que se presentó en la Cámara de Representantes.
La parálisis de la administración federal desencadenada el 1 de octubre, ha provocando una cascada de mal funcionamiento del gobierno federal en todo el país. AFP