El excontratista del servicio de inteligencia estadounidense Edward Snowden que sacó información secreta a la luz pública negó haber llevado consigo documentos secretos a Rusia cuando se refugió allí, asegurando a Moscú que no tiene acceso a los mismos.
En una entrevista con el diario The New York Times publicada este jueves, Snowden afirma que entregó todos los documentos clasificados que había obtenido a los reporteros con que se reunió en Hong Kong antes de volar hacia Moscú, donde posteriormente le fue asegurado el asilo.
El excontratista no tomó los documentos consigo «porque no serviría al interés público», declaró Snowden al Times.
«¿Cuál sería el valor añadido de llevar personalmente otra copia del material de aquí en adelante?», afirmó.
Snowden también insistió en que pudo proteger los documentos del servicio de espionaje chino porque está familiarizado con la capacidad de inteligencia del país a través de su trabajo como excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
«Hay una posibilidad del 0% de que Rusia o China hayan recibido algún documento», afirmó.
La entrevista tuvo lugar la semana pasada durante varios días utilizando comunicación en línea encriptada.
Los responsables de inteligencia estadounidenses han expresado su preocupación de que los documentos en posesión de Snowden hayan caído en manos rusas o chinas o de otras potencias extranjeras hostiles a Estados Unidos.
Snowden, por su parte, insiste en que la NSA sabía que él no cooperó con espías rusos o chinos.
«La NSA no ha ofrecido un sólo ejemplo del daño de supuestas filtraciones», afirmó. Sólo dicen «creemos que, quizá, tenemos que asumir, por parte de responsables anónimos o exresponsables», añadió.
El joven de 30 años, que se enfrenta a acusaciones de espionaje por sus filtraciones, defendió su postura afirmando que sirve al interés del país iniciar un debate público e informar a los ciudadanos sobre el programa de vigilancia secreto.
«Mientras haya un amplio consenso entre la gente, se puede argumentar que hay un nivel de legitimidad incluso en los programas más invasivos y moralmente condenables, es una decisión informada y voluntaria», afirmó Snowden.
«Sin embargo, cuando los programas se ponen en marcha en secreto, alejados de la vigilancia pública, les falta legitimidad y ése es el problema», argumentó. AFP