Una ruptura amorosa no sólo es sinónimo de sufrimiento, cambio y adaptación, también significa -la mayoría de las veces- perder o ganar algunos kilos. Y es que muchas personas sienten que su apetito disminuye o aumenta significativamente cuando pasan por una pena de amor. Pero, ¿por qué ocurre esto?
Las especialistas del sitio YourTango, Marina Pearson -psicoterapeuta y fundadora de Divorce Shift, una organización conocida por apoyar a las mujeres a superar la angustia del divorcio o ruptura amorosa- y Debra Smouse -terapeuta emocional y escritora-, explican lo que pasa en nuestro cuerpo cuando vivimos un dolor emocional significativo.
“Teniendo en cuenta que el cuerpo y la mente están conectados, tiene sentido que si estás alterado tu cuerpo se verá afectado”, dice Pearson, quien explica lo que sucede a nivel químico cuando tenemos pensamientos estresantes.
“Lo primero que el cuerpo hace es crear más adrenalina, que fluye en el cuerpo, lo que aumenta nuestros niveles de cortisol. Demasiado cortisol de forma continua en el organismo puede conducir a elevaciones sostenidas de azúcar en la sangre, pérdida sustancial de calcio de los huesos, depresión importante de la respuesta inmune, presión arterial alta, pérdida de masa muscular, aumento de la acumulación de grasa, e incluso pérdida de la función cognitiva. En resumen, afecta a nuestro sistema inmunológico, y como nuestro sistema inmunológico se encuentra en el intestino, ¿hay alguna duda de que el apetito se ve afectado por una ruptura?”, señala la especialista.
Por otro lado, Smouse añade que aunque algunas personas recurren a alimentos altos en azúcar como consuelo, otros se sienten muy mal cuando tratan de comer. “Es como si existiera una conexión entre el estómago y el corazón, y cualquier alimento que cruza nuestros labios nos provoca dolor físico. No podemos tragar, nos obligamos a comer algo, e inmediatamente vuelve a subir (sensación de reflujo)” y muchas veces para evitar esta sensación, la persona se abstiene de comer.
“Cuando nuestros corazones están sufriendo, es lógico que nuestros cuerpos, también” añade Pearson.
Si bien perder algunos kilos pueden hacernos sentir bien, Smouse advierte que esto puede ser peligroso. Por ejemplo, cuenta que una de sus pacientes, a quien identificó como Ann, “se volvió casi esquelética después de su divorcio” y que pese a que después se le sometió a un tratamiento para ganar un poco de peso, la mujer ya presentaba un trastorno alimenticio.
“Ella estaba convencida de que su marido tenía una aventura con otra mujer porque ésta era flaca, por lo que lo que empezó como una reacción por la ansiedad de la separación con el tiempo se convirtió en su forma de demostrar a su ex que podía ser delgada, y por lo tanto deseable”, explicó Smouse.
Una de las mejores maneras de recuperarse tras un quiebre amoroso es cuidando de sí mismo, tanto emocional como físicamente, aconseja la terapeuta, indicando que bajar de peso puede ser parte de esa recuperación, pero, “morirse de hambre no es cuidar de ti mismo, incluso si tienes kilos de más”.
¿Cómo podemos seguir adelante y adoptar un comportamiento alimenticio saludable tras terminar una relación?
Pearson sugiere alejarse de los pensamientos aterrorizantes, que aunque puedan parecer reales no lo son. Una vez que superes tus demonios emocionales y mentales -dejaste de creer que nunca encontrarás el amor o que no te sanarás- Smouse recomienda disfrutar del autocuidado.
“En primer lugar, permítete sentir todo. Aunque ignorar (tus emociones) parece una buena solución, cuanto más tiempo postergues el procesar tus sentimientos, más tiempo tomarás en recuperarte. Recuerda que una ruptura implica el duelo por la pérdida de la relación, así como también la idea de lo que representa la relación”, explica
Pearson dice que tampoco es bueno comer desesperadamente para compensar el dolor emocional. Comer en exceso es sólo otra manera de evitar la realidad.
Además, Smouse recomienda definir tu relación con la comida y el papel que juega en tu vida. “¿Es una recompensa? ¿Es parte de la celebración? ¿Es sostenible o pasional?”.
Pearson insta a cambiar el proceso de pensamiento antes que los hábitos alimenticios. “Escapar de la manera en que te sientes en torno a tu quiebre sólo recreará tus patrones de pensamientos negativos y te mantendrá sumido en el desconcierto. Sin embargo, si eres capaz de ver que son tus pensamientos los que crean los sentimientos y comportamientos, entonces tu apetito no se verá afectado”, explica.
Por otro lado, Smouse recomienda salir a almorzar con amigos, porque esto ayudará a reírte y hablar de lo que sientes tras la pérdida amorosa.
Y es que en gran medida son los pensamientos estresantes lo que suprimen el apetito o bien, lo aumentan.
Destaca BioBioChile que por último, Smouse recomienda usar el tiempo post ruptura para averiguar qué es lo que quieres, empezando por cosas simples. “Si tuvieras un fin de semana para hacer lo que quisieras, ¿qué actividades elegirías? Si pudieras visitar algunos lugares en tu zona, como teatros, museos o restaurantes, ¿cuáles elegirías? Si pudieras elegir una comida perfecta ¿qué comerías?”, ejemplifica.