La Casa Blanca afirmó el martes que revisaría sus prácticas en materia de espionaje de dirigentes extranjeros, pero seguía siendo vaga en sus promesas frente a la cólera de los europeos y a las críticas del Congreso.
Un alto funcionario de la Presidencia explicó este martes a la AFP que el gobierno de Barack Obama evalúa declarar ilegales las escuchas de conversaciones de dirigentes aliados, como reveló más temprano el diario The New York Times, pero señaló que esa decisión aún no se había tomado.
El funcionario, que pidió anonimato, calificó en cambio de inexactas las declaraciones la víspera de la dirigente de la comisión de inteligencia del Senado estadounidense, Dianne Feinstein, quien dijo haber recibido del Ejecutivo la garantía de que «la recolección (de datos) de nuestros aliados no continuará».
Por su parte, el Director nacional de inteligencia estadounidense, James Clapper, dijo este martes al Comité de Inteligencia de la Cámara baja que «es valioso para nosotros saber en qué están los países, cuales son sus políticas, como eso nos impactará en una variedad de temas».
«En consecuencia, no son solamente los líderes en sí mismos, es lo que sucede en su entorno y las directivas que transmiten a sus gobiernos» lo que interesa, agregó.
Clapper afirmó que las agencias de inteligencia siempre tratan de conocer las intenciones de los líderes extranjeros, pero no llegó a confirmar las versiones de que Washington espió a la canciller alemana Angela Merkel.
NSA desmiente escucha de ciudadanos europeos
El jefe de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, general Keith Alexander, dijo por su parte que las revelaciones del diario francés Le Monde, el español El Mundo y el italiano L’Espresso sobre la interceptación de las comunicaciones de los ciudadanos europeos por la NSA son «completamente falsas».
«Para ser totalmente claro, no hemos recogido esas informaciones sobre ciudadanos europeos», afirmó a su vez durante la audiencia en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
Le Monde y El Mundo informaron estos últimos días, sobre la base de documentos suministrados por el exconsultor de la NSA Edward Snowden, que la agencia estadounidense había espiado más de 70 millones de llamadas telefónicas en Francia y 60 millones en España en el lapso de un mes.
Por su lado, el diario italiano L’Espresso asegura que los italianos fueron espiados por los servicios estadounidenses y británicos.
El director de la NSA confirmó además las revelaciones del diario The Wall Street Journal según las cuales las interceptaciones telefónicas practicadas en esos países y atribuidas al organismo que dirige fueron realizadas por los servicios secretos europeos y luego «suministradas» a la agencia estadounidense.
Luego de las revelaciones de El Mundo, la Fiscalía española abrió el martes diligencias informativas para estudiar si hay indicios de delito en las presuntas escuchas, dijo una fuente judicial en Madrid.
Duras críticas de europeos y del Congreso
En su editorial del martes, The New York Times se refirió a la reacción del gobierno frente a las recientes revelaciones como una «patética mezcla de garantías insuficientes sobre reevaluaciones en curso y de lugares comunes sobre la necesidad de seguridad en una época de peligros».
Y una columnista de The Washington Post, Dana Milbank, ironizó sobre el hecho de que «para un hombre inteligente, Obama dice saber muy poco acerca de lo que hace la Casa Blanca».
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, llamó el martes a Estados Unidos a «restablecer la confianza» con la Unión Europea. «Los amigos y aliados no se espían mutuamente», lanzó en Washington.
Por su parte, la Oficina del Representante estadounidense de Comercio Exterior (USTR) expresó que sería desafortunado que la crisis del espionaje perturbe las negociaciones para crear una zona de libre comercio con la Unión Europea.
Una delegación del Parlamento europeo llegó el lunes a Estados Unidos para una visita de tres días a fin de mantener conversaciones sobre «el impacto de los programas de vigilancia sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE».
En Alemania, los diputados se reunirán el 18 de noviembre en una sesión extraordinaria para conversar sobre las denuncias de espionaje, incluidas las de escuchas del celular de la canciller Angela Merkel.
En una entrevista televisiva a la cadena ABC, Obama se rehusó a responder una pregunta sobre esta vigilancia.
«Yo no voy a confirmar las acusaciones lanzadas en la prensa», indicó el lunes.
La revista Der Spiegel, que había revelado sospechas del gobierno federal sobre el asunto, aseguró que el presidente Obama estaba al tanto desde 2010 de este programa de vigilancia, lo que fue desmentido por la NSA el domingo.
Alemania enviará esta semana a Estados Unidos a una delegación de altos representantes de sus servicios de espionaje para «avanzar en las discusiones con la Casa Blanca y la NSA sobre las acusaciones lanzadas recientemente», según el portavoz adjunto de la cancillería, Georg Streiter.
AFP