Londres. Los varones corren más riesgo de muerte y discapacidad que las mujeres tras un nacimiento prematuro, indica un estudio realizado por 35 instituciones y publicado hoy en «Nature».
De acuerdo con la investigación, que se presenta en vísperas del Día Mundial del Nacimiento Prematuro el 17 de noviembre, los niños tienen además un 14 % más de probabilidades de nacer en un parto prematuro que las niñas.
«Para dos recién nacidos en el mismo grado de prematuro, un varón tendrá un mayor riesgo de muerte y discapacidad en comparación con una mujer», dice la directora del estudio «Pediatric Research», Joy Lawn, neonatóloga y epidemióloga de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
«Incluso en el vientre, las niñas maduran más rápidamente que los niños, lo cual proporciona una ventaja cuando nacen prematuramente, porque los pulmones y otros órganos están más desarrollados», constata la experta.
Según Lawn, un explicación parcial para la mayor incidencia de nacimientos antes de plazo entre varones es que las embarazadas con niños son más propensas a tener problemas de placenta, preeclampsia e hipertensión arterial, lo que a su vez se asocia con partos prematuros.
Sin embargo, tras el primer mes de vida, en algunas sociedades donde se discrimina a las mujeres, las niñas son más propensas a morir que los niños, a pesar de su ventaja de supervivencia biológica.
El estudio, en el que han participado casi cincuenta científicos, alerta de que los nacimientos prematuros son «un problema de salud global», pues pueden dar lugar a discapacidades de aprendizaje o físicas como ceguera o sordera o problemas motores.
De los 15,1 millones de bebés nacidos demasiado pronto cada año, casi un millón muere por ese motivo, lo que tiene un gran impacto «en las familias y en las sociedades tanto en países de ingresos altos como bajos», apuntan los expertos.
En los países ricos, el riesgo de muerte y discapacidad es mayor para los bebés que nacen con menos de 28 semanas, mientras en los de bajos ingresos, los bebés prematuros tienen diez veces más probabilidad de morir.
Por regiones, la mayoría de los problemas se registran en los países de África subsahariana y Asia meridional, donde 2,2 millones de recién nacidos murieron y más de 600.000 quedaron discapacitados tras dificultades en el parto en 2012.
De los 11,7 millones de nacimientos en países de altos ingresos -como Estados Unidos, Canadá, Australia y la mayor parte de Europa-, 40.035 bebés prematuros murieron por complicaciones en el nacimiento y otros 147.000 sufrieron impedimentos.
Debido a su tamaño, la India (con 3,2 millones) y China (con 1,3 millones) registran el mayor número de nacimientos prematuros, seguidos de Nigeria, Pakistán, Indonesia, Estados Unidos y Bangladesh.
En números absolutos, el país con más nacimientos antes de plazo es Malawi (18,1 por cada mil nacimientos vivos), seguido de Comoras, Zimbabue, Guinea Ecuatorial y Mozambique.
Bajo el paraguas de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de cincuenta organizaciones de ayuda a la infancia están desarrollando un plan para mejorar la salud neonatal que se dará a conocer durante la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014.
Según los expertos, las muertes de recién nacidos podrían reducirse drásticamente con cuatro medidas de bajo coste, entre ellas suministrar esteroides prenatales a las madres para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé y promover la técnica de la mamá «canguro», donde el bebé se mantiene en contacto con la piel para darle calor y facilitar la lactancia.
Además, se recomienda administrar antibióticos como la amoxicilina, para tratar la neumonía, y la gentamicina y penicilina, para combatir infecciones graves, y aplicar sistemas de ventilación mecánica pulmonar para ayudar al bebé prematuro con dificultades respiratorias.