En la actualidad no podemos hablar de bullying como un fenómeno de acoso e intimidación único del ambiente escolar o extracurricular, se ha convertido en un proceso dinámico y su contenido negativo no afecta solo al grupo de los que te conocen en la escuela sino también a toda una red ampliada donde se entrelazan los grupos del acosador y el acosado en Facebook, Twittter, mensajería instantánea y otras redes, donde los espectadores se convierten en protagonistas.
Se ha multiplicado el número de emisores de contenido de intimidación y abuso, y lo peor es que ha invadido todas las dimensiones de la vida de la víctima. La dimensión social que en la actualidad se lleva entre un amplio contacto tecnológico y un pobre contacto personal, se torna inaguantable para aquellos que considerados más débiles o diferentes, los cuales quedan expuestos durante todo el día al acoso.
Las consecuencias cada vez más catastróficas sin querer parecer amarillista, más bien objetivo y analítico de los casos que vemos en la prensa de todo el continente, suicidios, comportamiento perturbador individual y grupal, aumento de la violencia en la escuela, y todas las secuelas las que no salen en la prensa: afectación de la autoestima, la personalidad, el aprendizaje, que en la mayoría de los casos permanecen mas allá de la adolescencia.
Estoy seguro que durante estos tres párrafos llegaron a tu mente situaciones que viviste o casos muy cercanos de un amigo, un primo un compañero de trabajo, o incluso puede que esté sucediendo en este momento. Algunas recomendaciones:
– Busca ayuda profesional
– No simplifiques la situación
– Aprende a poner límites y a decir NO
– Comunícalo a tus padres no lo ocultes
– Trabaja en tu autoestima
– Mejora tus habilidades sociales
– La violencia nunca es una opción
– Tu vida es lo más valioso y no depende de lo que piensen los demás.
Por Alejandro Antúnez Neuropsicologo @aleantunez