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Un bebé chino que fue declarado muerto en un hospitalen China se puso a llorar cuando iban a incinerarlo, según informó el portal El Economista. Los padres del bebé, que tenía menos de un mes y estaba gravemente enfermo, aceptaron abandonar su tratamiento médico.



Tras firmar el acta de defunción, el bebé, de sexo masculino, fue entregado a una empresa fúnebre, que finalmente no lo incineró porque se puso a llorar.

No se indicó cuando tiempo pasó antes de que se descubriera que todavía estaba vivo ni cuando estaba prevista la incineración.



El bebé fue devuelto de inmediato al hospital, donde el miércoles por la noche seguía en tratamiento, indicaron varios medios.

“Ya que el bebé mostraba signos de vida hemos continuado con la transfusión”, dijo un miembro del personal sanitario. El bebé había nacido con “una malformación congénita del sistema respiratorio”, indicó la página El Tiempo.

Tras el incidente, un médico del hospital fue suspendido y despidieron a una enfermera, según la misma fuente.