Cuando andamos de mal humor, estresados o apenados, nuestro cuerpo comienza a manifestar ese estado de ánimo en síntomas físicos.
Así lo afirma la psicoterapeuta de San Francisco (EEUU), Daniela Tempesta, quien señala que “la conexión mente-cuerpo está bien documentada en la investigación de la neurociencia, la psiquiatría y la medicina”.
“Los resultados han demostrado que nuestra experiencia emocional (estrés, ansiedad, ira, tristeza, etc) puede tener un impacto negativo en nuestra salud. La buena noticia es que podemos usar nuestra mente para ayudar a curar las dolencias del cuerpo”, explica, añadiendo que “cuando estamos en la angustia emocional, podemos usar el cuerpo para cambiar nuestros sentimientos”.
“Cuando estamos estresados, asustados o tristes el cerebro envía señales al cuerpo que el peligro está presente y el cuerpo asume una postura defensiva o de escape. Esto puede dar lugar a tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco, aumento de la temperatura corporal, falta de aire, etc. Esta postura es muy útil cuando hay peligro físico real (es decir, nos ayudan a correr de un depredador potencial), pero el resto del tiempo suena una alarma de incendio en el cuerpo a pesar de que no hay humo”, señala.
Pero no está todo perdido. “Podemos enviar un mensaje al cerebro de que las cosas son en realidad seguras al hacer cambios sutiles, pero poderosos en el cuerpo. A través de la adopción de diferentes posturas, cambiando nuestras expresiones faciales, o incluso poniendo una mano en nuestro corazón, podemos ralentizar la respuesta del cuerpo al estrés y empezar a calmar el dolor emocional que puede estar experimentando”, expresa.
A continuación te contamos qué cosas que puedes hacer para mejorar tu estado de ánimo en dos minutos:
1. Sonríe, aunque no tengas ganas de hacerlo.
La especialista cita al maestro budista Thich Nhat Hanh, quien dijo: “A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría”.
Una investigación realizada por Tara Kraft y Sarah Pressman de la Universidad de Kansas, demostró que la sonrisa puede alterar nuestra respuesta al estrés en situaciones difíciles. El estudio indica que sonreír, incluso cuando no nos sentimos felices, puede ralentizar el ritmo cardíaco y disminuir los niveles de estrés.
“Sonreír envía una señal al resto de nuestro cuerpo de que las cosas están bien, que es seguro bajar la guardia. Así que la próxima vez que te sientas abrumada, intenta sonreír”, indica Tempesta.
2. Cambia tu postura: siéntate derecho y adopta una posición de poder.
Aunque suene ilógico, modificar nuestra postura puede cambiar la forma en que nos sentimos. Un estudio realizado por Brion, Petty, y Wagner en 2009 determinó que sentarse derecho influye positivamente en el estado de ánimo de las personas, proporcionándoles más confianza en sí mismos. En cambio, “echarse” en la silla, provoca el efecto contrario.
Además, otra investigación realizada por Amy Cuddy y Dana Carney de la Universidad de Harvard estableció que existen ciertas “posturas de poder” que en sólo dos minutos pueden aumentar en un 20% la testosterona, lo que ayuda a aumentar la confianza. Asimismo, disminuyen en un 25% el cortisol (hormona del estrés).
Esta “postura de poder” implica poner las manos en las caderas, separar un poco los pies o inclinarse un poco hacia atrás en una silla y extender los brazos. Debes mantener esa posición 120 segundos.
3. Pon una mano en tu corazón
Los abrazos ayudan a sentirnos mejor y por eso recurrimos a ellos cuando estamos tristes. Pero si no tienes a nadie a quien recurrir en un momento angustioso, especialmente si estás en el trabajo, puedes obtener los mismos efectos positivos, poniendo una mano a la altura de tu corazón, frotando tus brazos y masajeando tu propia cabeza.
Destaca BioBioChile que aunque suene un poco “cursi” o “ridículo” para algunos, la psicoterapeuta asegura que esto en realidad es muy útil para frenar la respuesta de nuestro cuerpo al estrés. Además, al mismo tiempo que realizas esto, puedes evocar pensamientos como “esto es muy doloroso en este momento, pero se que pasará”. Según tempesta, lo anterior puede ayudar a calmar la angustia, tanto fisiológica como psicológicamente.