El hombre que hoy es la máxima autoridad de la iglesia católica hizo toda clase de trabajos en el pasado.
En una visita a la Iglesia de San Cirillo Alessandrino en un suburbio de Roma, contó a los presentes que de joven trabajó en limpieza de pisos, como ayudante en un laboratorio químico y hasta como seguridad de bares nocturnos.
Según las propias palabras del Sumo Pontífice, trabajó de seguridad, literalmente «saca-afuera», es decir, como encargado de echar a los que se pasan de copas en los locales nocturnos.
Además, el Papa le dijo a sus fieles que no sólo se debe ser buenos sino también un ejemplo para los demás, que no se debe hablar mal del resto, que hay que evitar el chisme y la maledicencia que destruye las amistades y las relaciones.
También, pidió que rezaran por los sacerdotes que a veces pueden enojarse, pero deben encontrar la fuerza para seguir por el camino de la bondad y la paciencia y estar cerca de los demás.
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