Nueva York. La mundialmente influyente cadena de televisión anglófona CNN declaró al activista dominicano Sergio Consuegra, Persona Extraordinaria del Año 2013 y esta noche a las 10:00 transmitirá un especial que revelará parte de la vida y la acción de buen samaritano emprendida por galardonado.
El programa, conducido por el presentador Anderson Cooper y el periodista Robin Meade y tendrá una hora de duración.
Consuegra, llamó la atención de los medios locales, nacionales e internacionales, después que se enfrentará a docenas de motoristas que el 29 de septiembre en la tarde, agredieron al ejecutivo chino Alexian Lien, su mujer y su hija, ya que los pandilleros motorizados estaban rompiendo el vidrio de la yipeta Land Roover en la que estaba la mujer y la criatura para sacarlas a la fuerza y agredirlas.
Mientras eso ocurría, Lien ya había sido brutalmente golpeado y yacía en el pavimento inconsciente.
La imagen de Consuegra, quien fuera coordinador general en Nueva York de la campaña de Eduardo Estrella, entonces candidato reformista en el 2004, creador de la Maquinaria Reformista y subcoordinador de la campaña de su partido en el 2008, apareció en la portada del tabloide NY Post en la edición del martes de esta semana, con los brazos en cruz y enfrentándose a los motoristas para detener la agresión contra Lien.
El caso, por sus características brutales, le ha dado la vuelta al mundo.
En una entrevista exclusiva con este reportero, el dirigente del PRSC, oriundo de Santiago de los Caballeros, dijo que se encuentra un poco tenso por la enorme cantidad de llamadas que le han hecho al verlo en medios locales y nacionales.
Relató que en el momento en que se enfrentó desarmado a los atacantes del ejecutivo, la esposa y la niña, lo primero que decidió fue salvar las vidas de la mujer y la niñita.
«Al verla en ella y su hija en riesgo, no lo pensé dos veces y me enfrenté a ellos para detener la agresión», narra Consuegra.
Arriesgándose ante la turba de motorizados, Consuegra dijo que como padre, se preocupó por la situación de la esposa y la menor. «Me dije que tenía que hacer algo para ayudar a salvarlos.»
Señaló que estaba mirando la agresión de los motoristas contra Lien y un gentío observando la escena, pero que no hacía nada para evitar una posible matanza de la familia, porque la percepción fue la de que los motoristas tenían esa intención.
Consuegra sostuvo que «el muchacho, estaba inconsciente en el suelo» y armándose de coraje intervino frente a los atacantes para que no acabaran de matarlo.
«Ya está bueno, ya le dieron, déjenlo tranquilo», conminó Consuegra a los agresores, quienes como por arte de magia bajaron la guardia y se marcharon del lugar dejando mal herido al ejecutivo oriental.
«Hay situaciones con las que uno se encuentra y no se reacciona de inmediato. Creo que eso lo hice sin pensarlo», agrega Consuegra.
Citó que su amigo de décadas y también dirigente del PRSC en Nueva York Ludovino Fernández, se unió a él para ayudarlo a frenar a los motoristas.
«Rápidamente, uno sin pensarlo, decide lo que va a hacer. Al actuar con confianza y sin miedo, ellos (los motoristas) parece que sintieron en mirada y mi tono, la firmeza y la decisión de parar la agresión», dijo Consuegra.
«Les dije que no siguieran tocándolo, que lo dejaran. Ya le hicieron lo que le hicieron, ahora, váyanse», contó Consuegra que les dijo a los atacantes de Lien.
«Uno siente que hizo algo justo en ese momento a costa de un riesgo, porque no sabía si ellos estaban dispuestos a atacarme a mí también», dijo el dirigente reformista y activista.
«Era un riesgo que tenía que tomar, pero como estuve en boxeo y karate por unos 15 años, pensé en que podía defenderme si me agredían, empleando todo lo que sé en defensa personal», añadió Consuegra.
«También estaba dispuesto a explicarles que no estaba allí para atacarlos a ellos, sino para evitar que mataran a alguien y que no podían seguir con la agresión, porque el chino podía morir», dijo.
«Esa era mi principal preocupación, que no le hicieran daño a la mujer ni a la niña, les vocee y cuando vi que habían dejado a la mujer y la bebé tranquilas, me dirigía donde estaba la víctima en el pavimento», relató Consuegra.
«Uno siente la presión de la gente, llamando y preguntando y la situación de ese momento no se olvidará por mucho tiempo. Uno siente que ha hecho algo bueno por alguien, aunque no conozco al muchacho y nunca antes lo había visto», añadió.
Dijo que en la comunidad hay mucha gente buena, porque varias personas buscaron agua, toallas y ayudaron a limpiarle la sangre a la víctima.
«Como activista comunitario, uno tiene que hacer lo correcto, aunque mucha gente no se atreve porque obviamente son situaciones peligrosas», explicó Consuegra.
«Algo se me metió, sentí como que no estaba ahí, que algo me decía métete y sentí un alivio y eso básicamente lo que pasó», terminó diciendo Consuegra.