El legendario diseñador de armas Mijaíl Kaláshnikov, cuyo invento AK-47 es el fusil más utilizado del mundo, murió hoy a la edad de 94 años en un hospital de la república rusa de Udmurtia.
«Hoy nos llegó una triste noticia: tras una larga y grave enfermedad falleció a los 94 años de edad el legendario diseñador de armas de fuego Mijaíl Timoféyevich Kaláshnikov», escribió en su página de Facebook Víctor Chulkov, portavoz del presidente y del gobierno de Udmurtia.
Kaláshnikov permanecía ingresado desde el pasado 17 de noviembre en el Centro Clínico y Diagnóstico de la república de Udmurtia, donde se le sometió a terapias intensivas por una hemorragia estomacal.
El ministro de Sanidad de esa república, Vladímir Muzlov, informó de que las causas de la muerte se anunciarán oficialmente después de la autopsia. «Esta cuestión la abordaremos también con sus familiares. Necesitamos su autorización. De momento, sólo contamos con una diagnosis clínica (preliminar), mientras la definitiva llegará después de la autopsia», explicó a medios locales.
Anteriormente, Kaláshnikov, quien no se encontraba bien desde marzo pasado y no acudió al trabajo desde entonces, fue hospitalizado en varias ocasiones por distintos problemas de salud. Las autoridades sanitarias de Udmurtia, donde residía el diseñador y donde se encuentra la fábrica de armamento en la que, no obstante su avanzada edad, seguía trabajando los últimos años, confirmaron que Kaláshnikov sufría diferentes dolencias.
A finales de octubre, Kaláshnikov escribió una carta al presidente ruso, Vladímir Putin, para denunciar la mala gestión de la fábrica por parte de su actual directiva.
Debido a su delicado estado de salud sus hijos dejaron de mantenerle al tanto de la situación en la fábrica, como cuando el Ejército ruso anunció en 2011 que dejaría de comprar fusiles Kaláshnikov por exceso de existencias en sus arsenales.
Kaláshnikov confesó en 2007, con motivo del 60 aniversario del registro oficial de su fusil en la URSS, que los nazis, al invadir su país durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fueron los verdaderos responsables de su invento, porque su auténtica vocación era diseñar maquinaria agrícola.
Uno de los veteranos más legendarios de la Gran Guerra Patria, como es conocida en este país la Segunda Guerra Mundial, Kaláshnikov expresó el año pasado su deseo de celebrar en Berlín el 70 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. «Reconozco que sueño (…) con visitar Berlín en 2015 y tocar las murallas del Reichstag, a las que no conseguí llegar en el victorioso 1945 por una herida, cuando era sargento tanquista. Si Dios lo permite, cumpliré ese sueño», dijo.
Aunque empezó a idear el diseño de un arma de fuego automática entre 1941 y 1942, mientras estaba internado en un hospital tras sufrir heridas durante un combate contra el Ejército nazi, el primer fusil de asalto AK-47 no sería registrado oficialmente hasta 1947. Según las autoridades rusas, debido a que la Unión Soviética no llegó a patentar el invento, hasta un 90 % de los fusiles Kaláshnikov que son producidos en el mundo se fabrican sin autorización o con licencias caducadas.
La marca Kaláshnikov solo fue registrada en la Oficina Internacional de Patentes de Suiza en 1998, y su inventor nunca sacó beneficio económico de su creación. En noviembre del año 2011, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, concedió la orden de Héroe de Rusia, la distinción más alta del país, a Mijaíl Kaláshnikov, cuyo fusil describió como «uno de los mejores productos nacionales». AK-47 es el arma oficial en los ejércitos de más de 50 países y aparece en los escudos y banderas de varios países, como Mozambique o Timor Oriental.