Seúl. Durante su mensaje de Año Nuevo, el líder norcoreano, Kim Jong-un, justificó hoy la sorprendente ejecución de su tío, Jang Song-thaek, y amenazó de nuevo a EEUU con una «mortal catástrofe nuclear».
El joven dictador aprovechó una de sus escasas intervenciones públicas para referirse por primera vez a la reciente purga y ejecución del que fuera su mentor y uno de los hombres más poderosos del régimen.
«El año pasado se tomó la decidida medida de sacar facciones de escoria del partido (…) y esta purga de elementos antipartido y antirrevolucionarios lo ha fortalecido», apuntó Kim sin mencionar en ningún momento el nombre de su tío.
El líder del régimen comunista aprovechó su discurso televisado de casi 30 minutos para hablar también de economía y de un acercamiento entre Pyongyang y Seúl, aunque advirtió de la posibilidad de una «mortal catástrofe nuclear» que afectaría también a EEUU, si estallara una guerra en la Península de Corea.
Tanto Corea del Sur como la comunidad internacional observan con mucha atención las escasas palabras de Kim Jong-un, que por segundo año consecutivo ha decidido hoy dirigirse al país con motivo del Año Nuevo, al estilo de los líderes occidentales.
Durante la emisión del discurso, supuestamente grabado, la televisión norcoreana intercaló las imágenes del líder con las de un edificio nevado, y no está claro si lo hizo delante de público a pesar de que con frecuencia se podían oír aplausos.
La mayor expectación del mensaje de hoy se centró en el sorprendente ajusticiamiento del que fuera considerado el «número dos» del régimen, hecho que supuso el mayor cambio político en Corea del Norte desde la muerte del dictador Kim Jong-il en diciembre de 2011, que abrió las puertas del poder a su hijo Kim Jong-un.
El régimen de Pyongyang confirmó el pasado 13 de diciembre la ejecución de Jang Song-thaek, mentor del actual líder, y lo acusó de traición y corrupción entre otros muchos delitos.
Su purga se realizó de manera pública y con especial saña lo que hizo que se desataran temores en torno a una peligrosa inestabilidad en el régimen y la posibilidad de nuevas provocaciones de Pyongyang a la comunidad internacional.
Hasta su caída en desgracia, Jang ostentaba varios cargos en el Partido de los Trabajadores, brazo político del régimen, entre ellos el de vicepresidente de la poderosa Comisión Nacional de Defensa.
En un gesto de distensión, el líder comunista dedicó una importante parte de su discurso de Año Nuevo a hacer un llamamiento en favor de un acercamiento en las relaciones con Seúl.
«Haremos esfuerzos decididos para mejorar las relaciones entre el Norte y el Sur», dijo Kim, quien llamó a las autoridades surcoreanas a hacer lo mismo, según la agencia surcoreana Yonhap.
Sin embargo, durante su intervención el líder norcoreano hizo múltiples alusiones a los frecuentes ejercicios militares conjuntos que Seúl y Washington llevan a cabo en Corea del Sur y los calificó de «entrenamiento nuclear contra el Norte».
En este sentido, advirtió de que una accidental escaramuza militar en la Península de Corea podría desembocar en una «mortal catástrofe nuclear» y que Estados Unidos «nunca estará a salvo».
Kim insistió también en su compromiso para promover el desarrollo económico de la empobrecida Corea del Norte, víctima de constantes hambrunas, sobre todo impulsando el sector agrícola.
«Este año deberíamos impulsar la agricultura como un pilar importante en los esfuerzos para conseguir un fuerte desarrollo económico», y así elevar el nivel de vida de los ciudadanos, apuntó el líder al dirigirse por radio y televisión a los norcoreanos.
Kim anunció además que también dará prioridad en 2014 a los sectores de la construcción, ciencia y tecnología, el del metal, el químico y a las industrias del carbón y la energía eléctrica.
La última vez que se escuchó la voz del dictador en los medios norcoreanos fue el pasado mes de abril.
El joven líder realizó su primer discurso televisado de Año Nuevo en 2013, algo que nunca hizo su padre, Kim Jong-il, en 17 años de mandato, que prefería que sus palabras fueran recogidas a modo de editorial por los periódicos del régimen. EFE