El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo (demócrata), anunciará mañana que un cierto número de hospitales del Estado podrán dispensar marihuana a los enfermos de ciertas dolencias para aliviar sus síntomas.
La decisión tardará un tiempo en llegar a los pacientes, ya que hay que desarrollar la normativa en un Estado que aún considera ilegal la posesión de pequeñas cantidades de esta sustancia.
También será más restrictiva que la de la mayoría de los otros 20 Estados de EE UU que permiten la venta con receta de la sustancia, y, desde luego, está muy lejos de la decisión de Colorado de permitir la venta con fines recreativos de la droga, una medida a la que se unirá el Estado de Washington.
La decisión ha sorprendido por los antecedentes del gobernador, quien hasta ahora siempre se había opuesto a la venta legal de marihuana, aunque fuera con fines medicinales. La droga se prescribe para aliviar dolores en algunos cánceres y tras enfermedades o para abrir el apetito y aliviar las náuseas en personas que reciben tratamientos muy agresivos, como una quimioterapia.
El cambio de criterio de Cuomo, quien se había resistido durante mucho tiempo a la legalización de la marihuana medicinal, puede obedecer a la posición que están tomando otros estados, cada vez más liberales respecto a este asunto, según revela el diario The New York Times.
No obstante, y según el rotativo neoyorquino, el plan de Cuomo será mucho más restrictivo que las leyes existentes en Colorado o California, donde la marihuana medicinal está disponible para las personas con dolencias como la lumbalgia.
En el caso de Nueva York, se permitiría a solo 20 hospitales de todo el Estado recetar marihuana, y ello para los pacientes con cáncer, glaucoma u otras enfermedades que cumplan con las normas que fije el Departamento de Salud del Estado.