El caso ha ocurrido en Modena, Italia, después de que una  recibiera el resultado de los análisis del laboratorio que le confirmaban un embarazo de tres meses. Como su pareja, con el que estaba a  de casarse no podía tener , tuvo que confesarle la traición. Lo peor llegó después cuando tras un chequeo rutinario comprobaron que nunca había estado esperando un hijo y que todo había sido un error.

El resultado del laboratorio era claro: Gianna estaba embarazada de tres meses.



La mujer comenzaron cuando tuvo que enfrentar el dilema de que el hijo que esperaba no era de su pareja, que no podía tener descendientes, sino de su amante.

Después de varias semanas debatiéndose en cómo contarle la traición a su prometido, la mujer finalmente se lo contó con todas las consecuencias del asunto, sgún publica ‘Il Corriere della Sera’.



El engañado destrozó los muebles del salón, rompió la relación y terminó abandonando la casa que ambos compartían, pero lo peor estaba por llegar.

Gianna fue a hacerse un control médico rutinario para embarazadas y le aseguraron que no no esperaba un hijo, porque todo había sido un error.

La mujer ha culpado a los médicos de haberle arruinado su futura boda y ha demandado a los laboratorios que realizaron los análisis equivocados.

Al final, el centro médico ha aceptado su error y ha pagado una indemnización de 15.000 euros a la perjudicada.

Fuente: Telecinco