NUEVA YORK. Un ciudadano estadounidense de origen dominicano, presentado por las autoridades como un «lobo solitario» afín a Al Qaida, se declaró culpable en Nueva York dos años después de haber sido acusado de complot terrorista, informaron el miércoles fuentes oficiales.

Jose Pimentel



El juicio contra José Pimentel, que tendría que haber comenzado la semana que viene, no se celebrará. Se espera que un tribunal de Manhattan le comunique su condena el 25 de marzo.

Pimentel, de 29 años, quien se convirtió al islam en 2004, fue detenido en su casa el 19 de noviembre de 2011 acusado de haber fabricado o comenzado a fabricar varias bombas caseras con las que pretendía atentar contra militares y civiles, de acuerdo con la acusación.



El 1 de marzo de 2012 fue acusado de posesión de armas con fines terroristas, conspiración terrorista, apoyo a un acto terrorista y posesión de substancias explosivas, cargos por los que podría ser condenado a cadena perpetua.

Según el fiscal de Manhattan, Cyrus Vances, Pimentel se declaró culpable del cargo de posesión de armas de fuego con fines terroristas para evitar la cárcel de por vida.

El acusado, que fue filmado y grabado por un informante, llegó a construir una bomba casera entre septiembre y noviembre de 2011, comprar tubos acodados, un despertador, una guirnalda navideña, fósforos, pilas, clavos y azúcar.

Según las investigaciones, siguió al pie de la letra un documento que encontró por Internet sobre «cómo hacer una bomba en la cocina de tu madre» para fabricar artefactos explosivos.

El día que fue arrestado, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg aseguró que Pimentel «tenía previsto utilizar las bombas contra coches de la policía, equipos del servicio de correos y militares que regresaban del extranjero».

Las autoridades lo consideraron un seguidor del imán radical estadounidense-yemení Anwar al Aulaqi y señalaron que sus actividades se intensificaron tras la muerte del clérigo.

Los abogados del joven, Susan Qalsh y Lori Cohen, declararon en 2012 cuando su cliente fue acusado formalmente que éste era «un neoyorquino con problemas, en el paro, sin dinero, solitario pero curioso», lo que le convertía, en su opinión, en un objetivo fácil para prácticas policiales «abusivas» y de un informante «que quiso aprovecharse» de él».

AFP