ROMA.- Una monja salvadoreña de 32 años, que dijo desconocer que estaba embarazada, dio a luz el pasado martes en un hospital de la ciudad italiana de Rieti, adonde fue trasladada en ambulancia aquejada de «fuertes dolores en el vientre», según reportaron diarios italianos durante el fin de semana.
«No sabía que estaba embarazada, sólo tenía un fuerte dolor de vientre», explicó la religiosa, según recogen los medios locales que citan fuentes del hospital donde dio a luz.
El parto tuvo lugar durante la noche del pasado martes cuando los servicios de urgencias recibieron el aviso de las monjas del convento de Discípulas de Jesús, que se encargan de un asilo de ancianos y quienes llamaron al número de emergencias asustadas por los «fuertes dolores en el vientre» que su compañera aseguraba padecer.
Fue entonces cuando la monja fue trasladada en ambulancia al hospital de San Camilo de Lellis, en Rieti, donde dio a luz a un niño de tres kilos y medio. Decidió que su bebe se llame Francisco, en honor al papa argentino.
«¿Pero cómo es posible? No podríamos imaginar algo como esto», aseguraron las religiosas del convento italiano, tras conocer la noticia del nacimiento.
Según los medios locales, la monja aseguró que va a ocuparse de su hijo y ya está recibiendo ropa y otros regalos para el bebe.
Por su parte, sor Herminia, la madre superiora de las Discípulas de Jesús de Rieti, aseguró que la monja salvadoreña «ha hecho todo sola» y subrayó que el resto de religiosas del convento no se habían dado cuenta de nada.
«No ha sabido resistir a la tentación pero no ha hecho ningún mal a nadie. No entiendo por qué se presta tanta atención a esta historia», añadió sor Herminia.
Mientras tanto, el diario Corriere della Sera identificó a la monja como Roxana Rodriguez y transcribió una conversación que tuvo con una trabajadora social, Anna Fontanella, después del nacimiento de su bebe.
«Estoy tan contenta. Me siento más madre que monja, creo que eso es obvio», dijo Roxana.
«Decidí llamarlo Francisco, en honor a nuestro extraordinario papa sudamericano. No me siento culpable», agregó.
«Él es un regalo de Dios. Estoy un poco preocupada por toda la publicidad, no sólo en Italia sino en El Salvador y todo el mundo. Todos están hablando de esto y no creo que yo pueda volver a mi país», señaló.
La hermana Roxana le escribió una carta a la madre superiora general de la orden, Elvira Petaraca, pidiéndole disculpas. Ante ella, la monja salvadoreña había prometido seguir sus votos de «castidad, pobreza y obediencia» en septiembre pasado.
Según el padre Benedetto Falcetti, sacerdote de una iglesia de Rieti, dijo: «Todo sucedió en la primavera pasada, alrededor de marzo o abril, cuando ella volvió a El Salvador para renovar su pasaporte».
EFE.