NUEVA YORK, Estados Unidos.-El General Paloma me quitó el turno, y no hubo forma de impedir que presentara su discurso ante los presentes, en el Consulado General de RD en Nueva York.
Fui al consulado porque recibí una convocatoria de prensa para asistir al anuncio de la reapertura de la Junta Central Electoral, cerrada desde principio del 2013. El inicio de las operaciones llegó con casi dos meses de retraso porque originalmente se había anunciado para la primera semana de enero de este año 2014.
La prensa estaba divida en dos grupos uno que vino desde la República Dominicana y otro conformado por los que vivimos aquí. Félix Reyna, el director de comunicaciones de la JCE, fue el moderador del evento.
Hasta que anunció el segmento de las preguntas todo iba de maravilla.
De inmediato se levantaron las manos y empezaron las exposiciones, sugerencias, quejas y recomendaciones. La forma en que se hacían me advertía que era gente de la comunidad que en nada tenía que ver con medios. Reyna, al parecer no conoce a muchos periodistas neoyorquinos y por eso a lo mejor el evento se le fue de las manos.
Hasta el momento que abandoné el lugar solo Ramón Aníbal Ramos había hecho una pregunta. El veterano Luis Rojas Durán, decía en voz alta; ¡señor Reyna yo quiero hacer una pregunta!, pero este no le hacía caso, ya en son de broma Rojas Durán le volvió a decir… es una pregunta tonta que quiero hacer.
Luego de esto le reclamé lo más alto que pude. ¡Oiga señor Reyna, los periodistas tenemos inquietudes porqué no nos deja hacer preguntas!… pero que va, no me escuchó y le dio mi turno al General Paloma, un personaje pintoresco que de inmediato aprovechó para proclamar la candidatura de Juan Ramón Gómez Díaz para la presidencia de la República.
Creo que debieron darle prioridad a la prensa o por lo menos tratarla con un mínimo de respeto, no tiene sentido invitar periodistas para luego no dejar que busquen noticias, o ¿es que pensaban que todos éramos «vaciadores de informaciones?
Finalmente mi pregunta quedó en el aire. Ya no quiero saber qué podrán estar haciendo personas inescrupulosas con la información personal de más de 103 mil dominicanos que se empadronaron en la oficina de la OPREE de New York, y cuyo banco de datos fue repartido entre los partidos políticos como botín sin saber en qué manos han caído y el uso que le puedan dar a esa información que se suponía era confidencial.
Con frecuencia se oyen relatos de víctimas de suplantación identidad, que solo se enteran cuando van al país y se encuentran con deudas reportadas a «Data crédito» o fichados en Interior y Policía. Y ¡vaya coincidencia!, los casos que conocemos son de personas registradas para votar, informa acento.com.do, en su portal.
Por esa torpeza o ligereza de la JCE, siempre que hay un proceso electoral, los partidos políticos saturan con propaganda escrita enviada por correo, dejan mensajes difundidos desde sistemas automáticos y llaman a cualquier hora para conquistar el voto.
Como aquí el sistema judicial es diferente al de la República Dominicana, la JCE puede ser pasible de demanda por poner información personal en manos de particulares sin autorización de quienes la proporcionaron.