Nueva York. Pedro Quezada, el bodeguero dominicano nativo de Jarabacoa y quien en marzo del 2013, se ganó $338 millones de dólares (de los cuales le quedaron limpios $152) en la multi estatal lotería Power Ball, decidió compartir su fortuna con su esposa, la mexicana Inés Sánchez, quien lo demandó en reclamó de que le diera a ella la parte que le corresponde.
Informa el periodista Miguel Cruz Tejada que Quezada, se reconcilió con su esposa, el pasado 14 de febrero, Día de San Valentín y días después firmaron un acuerdo que establece que el dominicano dividirá la fortuna con su compañera sentimental, con la que procreó una hija que tiene seis años de edad.
El afortunado inmigrante, que tenía una bodega en New Jersey y acertó al premio multimillonario con un solo boleto, tiene otros hijos de una relación anterior.
Se supo, que Quezada y Sánchez, se reconciliaron por las sugerencias que el abogado del primero, Pablo Fernández, le dio al dominicano.
«Le dije que pasó de haber tenido una familia a todo ese dinero, pero sin familia», relató el jurista al sitio newjersey.com.
El abogado, también habló con la mujer y recordó que ella lo llamó el día de San Valentín para darle la noticia de que ellos se habían reconciliado y volverían a vivir juntos.
La demanda fue anulada por la mexicana y Quezada se comprometió en el mismo acuerdo a pagar los honorarios del abogado.
La bodega, situada en Passaic (New Jersey) era administrada por la pareja. De los $338 millones de dólares, Quezada recibió de la lotería $152, ya que jugó el boleto con el sistema denominado «cash» de entrega inmediata o de lo contrario, hubiera tenido que recibir el total después del descuento de los impuestos en un plazo de 20 años.
Sánchez, lo acusó en la corte de sacar provecho de ella y no querer darle lo que le correspondía como esposa.
El abogado de Quezada, había dicho recientemente que el multimillonario dominicano «es un hombre triste y solo», después que la mujer se mudó del apartamento que compartían y luego de ganar el premio.
La mexicana dijo que cada semana, ambos alternaban la compra de un boleto de la lotería, con el compromiso de dividir el dinero, si alguno de ellos resultaba ganador, o que Quezada no había cumplido hasta ahora.
La pareja vendió la bodega y se mudó a una nueva casa en el suburbio de Cliffton, pero Quezada, no le había dado un solo centavo a su compañera.
Ella interpuso la demanda en noviembre del año pasado, en la que incluyó la manutención de la hija que estaba bajo su custodia.
Fuente El Nuevo Diario